Melina Romero Tercera Parte

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Ana María confiesa que sufre porque a causa de la pandemia de coronavirus no puede visitar a Melina en el cementerio de Pablo Podestá. "Me gusta ir para hablarle. Le pido que me dé fuerzas para seguir exigiendo justicia. Le prometí, en su nicho, que esto no va a quedar impune. Hasta el día que Dios me reúna con ella voy a seguir reclamando por los otros culpables. Lloro mucho, esto afectó mi salud. Yo era diabética, pero el disgusto me provocó hipertensión, problemas de colon; tengo un certificado de discapacidad porque sufro una polineuropatía que me afectó la movilidad de las piernas. Camino con bastón desde hace rato. No quise recibir ayuda psicológica. Gracias a Dios mi cabeza funciona muy bien; si perdiera eso terminaría en la cárcel, en el manicomio o en e cementerio. Tengo altibajos, momentos depresivos, pero no me queda otra", comenta.

Y vuelve a implorar justicia: "Soy consciente de que la injusticia convive conmigo y con mi familia. Pero no me resigno, sigo peleando. Trato de sobrevivir lo mejor que puedo. Recién hace dos semanas fui notificada por el Tribunal de Casación de la Plata de que está firme la condena de Joel Fernández, el Chavito. ¡Después de seis años! ¿A vos te parece? Una vergüenza. Él solo no pudo haber estado en el ataque, y menos cuando descartaron el cuerpo. Fue de terror. Mi abogado tuvo que hacer de querellante y de fiscal a la vez, ¡insólito! Fijate que en muchos casos de chicas asesinadas no se termina condenando a todos los implicados. Esto es una constante que debería alarmarnos como sociedad. Por eso creo en la justicia divina; esa no falla, el hombre sí, muchas veces se vende".

Para el abogado de la familia de la víctima, el caso de Melina Romero es el típico en el que no se respeta el no de una mujer. "Los victimarios les dan drogas, alcohol, y terminan matándolas. Las investigaciones que se hacen son pésimas y muchos logran evadir a la Justicia. Acá se sumó que el cuerpo se encontró en estado de descomposición, lo que en la autopsia no permitió determinar el causal de muerte y si, como se presume, fue violada. El Estado, una vez más, estuvo claramente ausente, sin acusación fiscal. Los familiares de Melina reclaman que se continúe la investigación. Una prueba relevante, aunque tardía, sería analizar con un peritaje el Facebook de la víctima, ya que el día del hecho no tenía teléfono celular y es posible que haya acordado con quienes se encontraría mediante esa red social. Aunque parezca increíble, este procedimiento tan sencillo, como tantos otros, nunca se concretó", concluyó Biondi.

Gabriel Aceval, alias "Chachi", escapó después de matar a su expareja cuando estaba por jugar un partido de fútbol. Más de 100 policías lo están buscando para detenerlo.
Con todos los errores ortográficos posibles, el femicida de Melina Romero (30) reveló que su plan criminal incluía matar a las hijas de su ex pareja. Luego de asesinarla cuando estaba a punto de jugar un partido de fútbol en La Clotilde, provincia de Chaco, escribió este mensaje en su estado de WhatsApp: "La estaba por matar (a) la(s) 2 ijas, pero no vino y cayó ella (sic). Yo la quería mucho".

Gabriel Ernesto Aceval (45) escapó después de cometer el femicidio y hoy es el hombre más buscado de la provincia. Más de 100 policías de distintas divisiones están tratando de dar con su paradero. Lo buscan por descampados, rutas, caminos rurales y montes, pero todavía no han conseguido obtener una pista certera.

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21/12/22

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