Capítulo 23

385 26 10
                                    

Eirian.

Siento los labios de Dahn recorrer cada centímetro de los míos. Un suspiro que puede ser confundido con un jadeo sale de mis labios haciendo que me bese con más fuerza.

— ¿Segura que quieres seguir?—Pregunta con la respiración agitada mientras se separa de mí.

Asiento.

Lo veo sonreír con sinceridad, mi corazón se acelera hasta llegar a un nivel que desconocía por completo, sus manos se adentran en mi blusa, la levanta con tanta lentitud que lo siento todo en cámara lenta.

Alzo mis brazos para que mi blusa pueda ser quitada por completo, siento mis mejillas enrojecer cuando avienta mi blusa por algún lado de la habitación y sobre todo cuando sus ojos dilatados se enfocan en esa parte que nunca me hubiera atrevido a mostrar.

—Eirian.—Me llama de repente, asustada lo miro, pensando en que algo de mí o algo que he hecho no le ha gustado.—Me gustas, me gusta cada parte de ti.

En ese momento mi mundo se detiene. Y por primera vez; me siento amada, por primera vez siento que unos ojos me miran con amor, por primera vez unos ojos no me juzgan; Por primera vez siento que amo a alguien.

Me gustas, Dahn, me gustas de todas las maneras.

—¿Inclusive siendo un criminal?

Sonrío.—Sí, inclusive siendo criminal, o inclusive siendo un niño perdido.

Sus ojos me miran nuevamente con esa emoción que no se descubrir cómo amor o melancolía.

Ambos nos quedamos así; en silencio, solamente mirándonos el uno al otro. Inconscientemente mi mirada baja a sus labios, el deseo se vuelve apoderar de mí y de mis pensamientos. Quiero tener a Dahn, y quiero que él me tenga a mí.

Lo vuelvo a besar, tarda un momento en reaccionar pero me vuelve a besar con la misma ferocidad de hace algunos minutos. Siento sus manos comenzar a tocar mi cuerpo con desesperación, mi cuerpo tiembla, esta vez no con miedo, no con culpabilidad, si no con excitación.

Siento cada parte de mi ser temblar, puedo notar el nerviosísimo en los ojos de Dahn, sobretodo cuando mi mano baja hacia el botón de su pantalón. Por un momento  se queda inmóvil sin saber como reaccionar, pero finalmente me termina sonriendo.

—Cada vez me sorprendes másDice con clara burla.

—Lo mismo digo de ti.Le respondo intentando imitar su tono.

—¿Tú por que lo dices?— Responde, deteniendo todas sus acciones para prestarme atención. 

Ya te lo había dicho antes—Le digo, ocultando que los nerviosismos se habían apoderado de mi  nuevamente.

—Quiero que me lo repitas.

—Eres alguien dudosamente bueno.

Dahn rió.

—¿Otra vez con esa frase? —Se burló mientras sonreía de lado.

—Si, otra vez.

Ambos sonreímos y de nuevo nos quedamos mirándonos el uno al otro, sentí mi corazón apretujarse. Realmente estaba enamorada de este hombre.

—¿Solo nos vamos a mirar?— Me atreví a preguntar.

—No, claro que no.

Sus labios volvieron a impactar con los míos con bastante fuerza, lo acerqué a mí abriendo más mis piernas. Solté un pequeño jadeo cuando rozó contra mí, ese pequeño sonido tal vez lo estimuló porque me besó con una fuerza que desconocía por completo.

Sus labios se separaron de los míos comenzando a bajar con lentitud hacía mi cuerpo, cerré los ojos comenzando a dejarme llevar por la sensación de sus labios en partes de mi cuerpo que toda mi vida creí prohibidos.

No se en que momento, ni cómo, pero la gran parte de nuestra ropa había desaparecido. Nuestra piel casi se tocaba la una a la otra.

Para este momento la respiración de Dahn se encontraba completamente agitada, al igual que la mía. Y solamente habíamos estado besándonos, ya que ni uno se atrevía a dar un paso más grande.

—¿Quieres?—Intenté formular la frase pero la vergüenza me lo impidió.

—¿Quiero?—Dijo Dahn, soltando una risa burlona.

—¿Quieres llegar más lejos?

La sonrisa burlona de Dahn desapareció de sus labios ante eso.

—¿Tú quieres?

—Sí.—Respondí rápido.

—Nunca lo he hecho, Eirian.—Reveló de repente.

Lo miré con sorpresa.—¿Es en serio?

—Nunca he hecho algo con una mujer.

Ambos nos quedamos callados mirándonos el uno al otro. Hasta que solté una risa que Dahn me siguió con nerviosismo. Ambos comenzamos a reírnos hasta que volví a rodear su cuello con mis brazos.

Nuevamente nos comenzamos a besar, su mano se adentró en mi sostén y gemí al sentirlo.

Justo cuando me animé a tocarlo una tercera voz nos interrumpió.

—Paren, si no quieren que llame a la policía.

(...)

¡Hola!

Regresé de nuevo, luego de tanto trabajo logré completar el capítulo.
Y cómo les dije hace unos días, muy feliz de poder publicar un nuevo libro que espero sea de su agrado.

Estaré publicando cositas por TikTok al igual que por aquí.

Por mientras, les dejo un nuevo capítulo.
¿Qué opinan de Yuan?

Gracias por la espera y la paciencia, los amos.

¡Nos leemos pronto!

Pecando Entre Sangre.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt