Capítulo 8. La Capitana Siver

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Hector Barbossa

Los cañones provenían de un alegórico barco plateado, inconfundible con el mar. Con sus velas blancas peculiares con las nubes.

Definitivamente era ella. Y nos ha alcanzado.

Se escuchó un cañón más fuerte, tirando toda la madera del inconfundible barco negro, no podía ser.

— ¡Preparen los cañones! ¡Leven ancla y extiendan las velas!

Los marineros obedecieron las órdenes del capitán Jack Sparrow.

Yo no proteste. Tanto como él quería alejarme del lunar barco que se aproximaba cada vez más a nuestro querido Perla.

Pero otro cañón disparó y sin importar lo que hiciéramos, tendríamos de enfrente, tarde o temprano a la Capitana Silver. Paso demasiado tiempo desde que la vimos por primera vez, nos hacíamos pasar por grandes rufianes y tener todo el oro que quisiéramos. Fueron tiempos tranquilos y con muchos sueños en nuestras pequeñas cabezas.

Aunque al igual que todos crecimos. Cuando Jack Sparrow estuvo con Silver, fue un poco incómodo los lazos de unión, ya no éramos un trío dinámico con nuestro barco negro. Yo lo odie por eso.

Fuimos grandes amigos los tres, pero cuando iniciaron esos tórtolos sus amoríos, nada fue lo mismo. Comenzaron las rivalidades, cada pelea era una distancia más larga entre nosotros, y a pesar que después la olvido en esa isla sin ninguna vida existente además de su hermano, nuestra amistad jamás fue la misma.

Se oyó otro disparó, pero casi pude sentirlo más impactado al barco.

— Jack, será mejor que muestres la cara ahora — le dije — . No vamos a poder vencerla, solo déjala subir al barco.

— ¿Estas loco? — dijo a gritos — ella no viene por mi Barbossa y lo sabes. Una vez que pise este barco, estamos perdidos.

— En realidad, creo que te quiere muerto como quiere a la chica. No se la daremos Jack, ni le daremos la satisfacción de matarte, de momento.

— ¡¡¡¡¡¿¿Qué??!!!!!

— Pero necesitamos hablar con ella antes de que destruya el Perla.

— Creo que eso ya es un poco tarde Barbossa — contestó Elizabeth acercándose a nosotros —, está demasiado cerca su barco y mi tripulación al parecer aunque nos den ventaja, no llegaríamos muy lejos.

Eran ciertas sus palabras, su tripulación hacía que se alejaran de nosotros para poder escapar de la amenaza de Silver pero tarde o temprano tenía que enfrentarnos a ese monstruo.

— Tal vez podemos vencerla en el barco Jack, Elizabeth dile a tus marineros que les dejen la vía libre, tenemos que luchar.

— ¿Estás loco Barbossa? — exclamó Jack — ¡Nos matará! Y se llevará a Zalzuja de aquí, no tiene que tocarla.

— No suenes paternal Jack en este momento, tengo un plan.

— Espero que así sea.

Y yo también lo esperaba.

Y yo también lo esperaba

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Piratas del Caribe: La Hija del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora