Capítulo 2. El Capitán Jack Sparrow

5.6K 347 48
                                    

Elizabeth Turner

Las gaviotas se escuchaban a lo lejos de la bahía, cantando sin cesar una canción tan conocida. Había pasado tiempo, pero no me rendiría, ella sabía que estaba en algún lado, podía estar desde la playa más desierta de todos los mares o escondida en la profundidad del mar, pero no descansaría hasta hallarla.

Mientras yo estaba observando el mar por todos lados, buscando tierra para obtener sumisiones, se acercaba una persona; no tan delgada, con el pelo castaño hasta el cuello, brillando sus ojos estaban por mí, nunca olvidaré la forma en que me miro por tanto tiempo, sus ojos siempre mirando mi belleza de sirena, sentada en una roca, formando una sonrisa, que a veces me hace sentir un poco más joven.

—Elizabeth, no te preocupes — me dijo con toda tranquilidad —. La vamos a encontrar.

— Han pasado casi 10 años desde que la arroje a esta dulce agua, pensando verla otra vez o al menos, tener la idea que pasaría al otro lado del mundo con la ayuda de su padre.

Estuvo conmigo toda la tarde, abrazándome, pero tenía que irse. Él no podía dejar de buscar todas las almas y sinceramente, ver como pasaban una por una, buscando desesperadamente, su cara de porcelana, sus ojos azules como el mar y ese cabello tan parecido al mío, brillando como un sol, presenciando su existencia en este mundo.

Quería tenerla, saber de ella, pero no encontraba nada. Yo sabía que estaba en el fondo del mar, en alguna parte, en mi interior me decía que estaba cerca, pero al mismo tiempo no. Mi corazón no se rindió, pero ese era el último día para poder buscarla, porque tenía que regresar a la tierra y esperar otros diez años para estar ahí buscando el alma de su adorada niña, Jane.

 Mi corazón no se rindió, pero ese era el último día para poder buscarla,  porque tenía que regresar a la tierra y esperar otros diez años para estar ahí buscando el alma de su adorada niña, Jane

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Zazil Ha

Esperaba la hora de mi juicio. Descansaba cada parte de mi cuerpo, escuchaba los últimos sonidos de mi espacio, los peces nadando a mi alrededor, no puedo creer que las echaré de menos, siempre quise que nunca estuvieran conmigo, me dejaran en paz, por solo unos segundos, ahora se irán durante siete años, unos pesados siete años...

El día de ayer, me quedé desconcertada, no sabía que decir, tan solo huí, nade en lo más profundo del mar, lleno de oscuridad, sin ningún ser que yo pudiera ver. Los peces no me siguieron tan lejos, no lo note hasta que estuve ahí, sola, en la oscuridad, con mis pensamientos, rondando en mi cabeza, destacando cada parte de la pequeña conversación.

La dulce oscuridad me relajó en unos momentos, después llegaron otros animales a mí alrededor, no eran los hermosos animalitos que conocía, estos llevaban siempre con ellos como una luz en su cabeza, esperando a su presa, para ser devorada en unos de sus filosos dientes.

No me sentí asustada con esos animales, solamente eran diferentes a los demás, igual que yo. No tenía sentido, vi en sus ojos algo que nunca había imaginado, tal vez, realmente no era de este lugar, en estas horas, no me sentí igual que los otros años, deseaba salir, encontrar algo que no estaba en mí, tal vez era un llamado.

Piratas del Caribe: La Hija del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora