CAPÍTULO 19

67 13 1
                                    

TAEHYUNG

Todos tenemos pasados.

Algunos buenos. Otros malos.

Durante muchísimo tiempo, mi problema había sido tratar de mantener el pasado en el pasado donde pertenecía. Pero cuando tu pasado estaba cubierto de cicatrices, como mis brazos, era difícil olvidar lo que había pasado.

Lo que había hecho.

Pero eso es lo curioso de los pasados. No importa lo lejos que creas que estás avanzando, siempre está ahí, mordisqueando tus talones, arañando su camino hacia delante hasta que esté en tu cara, pelando los dientes y eres incapaz de ignorarlo.

Por más cursi que pueda parecer, la cosa que finalmente trajo el pasado donde pertenecía, fue el amor.

La noción de amor romántico era algo que siempre había pensado pertenecía a generaciones anteriores y mucho más viejas. Mis padres lo tuvieron. Así como mis abuelos. Pero yo creía que era algo que se había desvanecido con el tiempo, cada generación cada vez menos capaz del tipo de amor encontrado en las novelas románticas.

Hasta JHope.

A causa de él yo sabía que el amor no era un mito porque de pronto mi corazón se sentía tan lleno que iba a romperse. El amor no era sólo una noción. Nuestro amor era prácticamente tangible. Lo sentía moviéndose entre nosotros. Una descarga, una conexión que nos unía aun cuando pensé que él estaba muerto.

El amor de JHope no era ‘romántico.’ Era maravillosamente doloroso. Era el tipo de amor que se apoderaba-del-castillo, del que no-toma-prisioneros y no quería escapar de ello.

De él.

No creía que hubiera quedado espacio en mi corazón, pero cuando llegó JeonGi me enseñó un tipo de amor completamente diferente. Uno que pensé que nunca iba a ser capaz de experimentar.

La clase de amor entre padre e hijo.

Justo cuando pensaba que estábamos empezando, todo estaba siendo arrebatado. Yo estaba siendo arrebatado.

De nuevo.

Me habían vendado los ojos. Un disparo de dolor chisporroteaba continuamente desde la base de mi columna, me sorprendía cada treinta segundos más o menos. Hacía que mis músculos de la espalda convulsionaran y se pusieran rígidos como si me hubieran pinchado con un hierro para marcar.

Esta vez no habría explosiones del seguro de emergencia. No habría escapatoria.

No podía sentir mis piernas ni mis brazos. No me podía mover.

No podía gritar.

Paralizado en miedo y cuerpo.

De repente, me sacaron del familiar maletero del coche en el que había sido metido por alguien que olía a colonia demasiado almizclada. Mi adrenalina aumentó y mi corazón comenzó a latir a mil kilómetros por minuto, enviando alarmas sonando por todo mi cuerpo.

Alarmas que no podía responder.

Incapaz de dar pelea, fui arrastrado hasta que caí bruscamente. Mi cabeza sonó contra el duro suelo, pero todavía no sentía nada.

Nada más que miedo.

Mi venda cayó hasta el puente de mi nariz. Ese fue el momento en que supe que me había equivocado al dejar finalmente el pasado donde pertenecía porque no estaba detrás de mí en absoluto. Estaba de pie sobre mí, mirando hacia mí, con una sonrisa astuta en su pulcramente rostro afeitado.

¿Wang?

Al principio no lo entendí. ¿Qué razón tendría Wang para querer lastimarme? Pero entonces inclinó la cabeza hacia un lado y su sonrisa se convirtió en una sonrisa completamente cruel. La sonrisa estaba llena de nuevos dientes más blancos, pero no había duda en mi mente de que había visto esa sonrisa antes.

07. La Vida de Jung Hoseok ||HOPEV||Where stories live. Discover now