CAPÍTULO 04

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JHOPE

-¡MIERDA! -gritó Tae, saltando de la cama.

Fui lanzado de su cuerpo, el cual estaba usando como la almohada más cómoda en la que había tenido el placer de dormir, cayendo desgraciadamente al suelo en un montón de mis propios miembros desnudos.

―Lo quieres duro, nene, lo tienes ―murmuré, todavía medio dormido.

-¿Qué? -preguntó Tae.

Abrí los ojos y me encontré mirando a la bella y oscura mirada de mi macho, que lucía muy confundido.

- ¿Qué está pasando exactamente? ¿Estás tratando de golpearme mientras duermo? Porque eso no parece justo ―dije adormilado, frotando mis ojos y apreciando el hecho de que Tae estaba agachado en el piso desnudo, Su pequeño culo en el aire, todavía cubierto de manchas de sangre que ahora estaban secas. Un hermoso recordatorio de cómo habíamos pasado nuestro tiempo antes de caer de agotamiento.

―Creo que alguien está disparando allá fuera ―susurró Tae, agachándose detrás de la cama junto a mí. Un bum familiar vino fuera de la ventana-. ¡Ves! Ese sonido. Ahí está de nuevo.

―Nadie nos está disparando ―dije, jalando a mi chico sobre mi regazo. Me puse de pie, arrastrándolo conmigo. Lo posicioné para que pudiera ver por la ventana la entrada de la casa, donde el viejo coche marrón que esperaba ver llegar rodando por la calzada. El bum volvió a sonar, esta vez una pequeña bola de fuego y el humo del tubo de escape lo acompañó.

Los hombros de Tae se relajaron instantáneamente.

- ¿Quién es? ―preguntó, poniéndose de puntillas para ver mejor.

Me quedé detrás de él admirando su culo y sus torneadas piernas. Dándose cuenta de que no le había respondido, se volteó para mirarme, pero lo clavé en su lugar, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura y acomodando mi barbilla en su hombro. Señalé la puerta lateral del conductor, que acababa de abrir.

- Eso -dije―. Se llama un pedazo de auto de mierda -Vachirawit salió y encendió un cigarro―. Y eso, como ya sabes, es mi hermanito.

-¿Por qué está aquí?

―Yo lo llamé. Ha estado insinuando que quería trabajar para mí ―le dije―. Así que le dije que se reuniera conmigo aquí.

Tae se giró en mis brazos y levantó una ceja hacia mí.

―No hay mejor momento que el presente para averiguar si tu familia está afuera para matar a tu esposo ―expliqué―. Podría muy bien acabar con ello ahora. Antes de acercarnos demasiado.

―Entonces, ¿qué planeas hacer exactamente? -Tae preguntó como si supiera que tenía que haber más en la historia. Y tenía razón. Había. Él envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y acarició su nariz contra mi pecho. Mi verga, demasiado consciente de sus muslos desnudos ligeramente cepillándose contra ella, comenzó a saltar por atención.

Tae miró hacia abajo entre nosotros a mi verga completamente dura. Se lamió los labios y me lanzó una mirada interrogante.

- No me culpes. Cuando paseas con el perro de la familia y lo acaricias detrás de las orejas, va a levantar la cabeza para llamar la atención.

Tae rió seguido de un chillido cuando me agaché y lo levanté por la cintura, arrojándolo de espaldas a la cama. Me arrastré hasta la cama y en un movimiento rápido lo volteé sobre su estómago. Pasé mi mano por su espalda hasta la grieta de su culo y la volví a subir.

―Así que -dijo, sus mejillas enrojeciendo cuando sumergí mis dedos aún más profundo en sus pliegues―. No contestaste mi pregunta.

-¿Qué pregunta? -pregunté, centrado en su brillante verga, ya dura por mí.

07. La Vida de Jung Hoseok ||HOPEV||Where stories live. Discover now