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Capítulo 2

El auto negro se estacionó a toda prisa una calle antes de llegar a aquella casa color blanco y rejas negras, el joven suspiró y bajó corriendo sin despedirse de su amigo que lo había llevado hasta casa, miró la hora en su teléfono 3:30 am, se quejó en silencio tratando de entrar por la puerta de la cocina para que sus padres no lo descubrieran, entró y cerró la puerta con seguro sintiendo como su corazón se aceleraba debido a la carrera que había hecho, en silencio se dirigió a la sala, luego a la habitación de sus padres solo para descubrir que ellos no estaban ahí, sonrió victorioso pues ellos no sabrían que no había llegado a tiempo, esta vez él ganó, pensó, justo cuando una linterna le iluminó haciendo que instintivamente se cubriera la cara.

-¿Eldrik? ¿Qué haces aquí? No más importante ¿Dónde estuviste?- preguntó la chica en pijama azul apagando su linterna.

-Eira, no le dirás esto a nuestros padres ¿Cierto?

-Eso depende, ¿Me llevarás durante el próximo mes en auto al colegio?- Eldrik miró a su hermana enojado definitivamente sabía que ella tenía la ventaja en este momento, rodó los ojos cansado.

-Bien, pero ni una palabra de esto, ¿De acuerdo?

-De acuerdo, por cierto ellos no llegarán hasta mañana por la tarde, tuvieron una reunión de última hora.

-¿Qué?- Preguntó molesto de haberlo sabido antes habría permanecido más tiempo en la fiesta, Eira no se hubiese dado cuenta si no llegaba a casa siendo mas tarde- ¿Sabes qué? No importa, buenas noches.

Le dijo a su hermana para luego irse a su habitación, se recostó en la cama pensando en su concierto, no existía nada que lo hiciera sentir en calma como tocar la guitarra con su grupo, de vez en cuando se animaba a cantar pero hacia semanas que no lo hacía por que la idea de una nueva melodía que no podía terminar seguía resonando en su cabeza.

Al día siguiente se encontraba sentado en un costado de su carro gris, esperando en el estacionamiento a su herma, con una libreta en sus manos y un lapicero, escribió un poco y luego cerró de golpe la libreta, era algo simple pero no podia si quiera terminar de escribir su nueva melodía, algo faltaba pero no lograba identificar que era.

-Justo eso pensé- dijo una voz familiar para él antes de reírse a carcajadas, alzó la mirada viendo a su hermana cerca y una chica que no logró identificar aunque su rostro le parecía conocido.- Eldrik, ella es Cerys Black, mi amiga, Cerys él es mi hermano Eldrik.- dijo la muchacha alegre.

-Un gusto conocerte- le dijo obteniendo una respuesta similar, a Eldrik nunca se le había dado muy bien el conocer  gente nueva, no le incomodaba pero tampoco disfrutaba de pasar tiempo con una persona desconocida.

Subieron al auto y se abrocharon los cinturones, el viaje no era largo pero su casa quedaba en la punta de una pendiente por lo que les solía ser difícil caminar hasta ahí y no llegar cansados, una vez en casa, la reja se abrió dejando entrar a los jóvenes.

Al entrar a la casa lo primero que recibió a los jóvenes fue un olor dulce seguido a una risa familiar para ellos, Eira sonrió y corrió hasta la cocina dejando sus cosas en la sala, Eldrik solo se mantuvo de pie pensando en que hacer, por alguna razón se sentía incómodo.

-Disculpa a mi hermana, ella es muy unida a nuestra madre, pasa.

-Gracias, su casa es muy linda.- contestó admirando el espacio al mismo tiempo una señora con cabello recogido y un delantal rosa apareció, se veía muy diferente a las imágenes donde trabaja esta vez lucia cierta calidez en lugar de seriedad, la mujer sonrió acercándose a su hijo.

-Bienvenida querida, horneé galletas, espero que te gusten.

-Muchas gracias señora Dittmar.

-Oh por favor no seas tan formal, puedes llamarme por mi nombre si gustas, por cierto querida ¿Cómo te llamas?

En los ojos de Annika (PAUSADA)Where stories live. Discover now