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Capítulo 1

Caminar por los pasillos del colegio donde una tragedia había sucedido, era abrumador para Annika Dittmar, quien por primera vez en su vida comenzaba a sentir que las miradas dirigidas a ella la incomodaban, su corazón latía con fuerza con cada paso que daba, los susurros llenos de rumores sobre ella se volvían insoportables, tanto que tuvo que contar del 1 al 10 y del 10 al 1 para evitar volver sus pasos y terminar de una vez por todas los rumores que la asechaban.

La imagen de una chica se hizo presente ante sus ojos, justo ahí en el mural principal del colegio, ella la recibió con una sonrisa. "Fue mi culpa" no pudo evitar sollozar al mirarla, debajo de su imagen había una hoja con palabras dedicadas a su muerte, palabras que los alumnos escribían para que su madre las recibiera en el funeral como muestra de apoyo hacia ella, la chica de cabellos rubios dudó un momento pero al final, tomó el lapicero para escribir algunas palabras de despedida a la chica que todos recordarían por su amabilidad y su ya caracterizada sonrisa, las palabras lo siento y descansa en paz aparecieron en la hoja y junto a ello, los murmuro de sus compañeros.

-No puedo creerlo.

-Es una sinvergüenza, ¿Quién lo diría? Es su culpa y aún así tuvo el valor de escribirle.

-Acaba de escribir algo ¿Lo has visto?

Dittmar se apartó un poco del mural y se preparó para irse a casa hasta que una risa burlona la detuvo.

-Tu mas que nadie en este colegio deberías respetar su muerte, no vuelvas a hacer eso, al menos déjala descansar en paz- la mirada que recibió de Matteo Bachmeier la avergonzó, bajó la mirada notando el aura que emanaba, era aterrador, la perdida de su mejor amiga lo había cambiado drásticamente, verlo hecho pedazos todo el tiempo la hizo estremecer, el chico alegre y bromista que solía ser había sido reemplazado por un solitario y ojeroso chico, podía verse en su mirada estaba completamente devastado, ya no existía el brillo en sus ojos.

-Lo lamento- Annika colocó una mano en su vientre sin siquiera pensarlo, la mirada de Matteo se dirigió a su vientre y luego a sus ojos, ira, dolor, asco, era lo que se podía percibir de él.

-No- comentó con voz indiferente, voz que por un segundo congeló a los presentes alumnos que guardaban silencio para escucharlo, nunca lo vieron así- Guardarte tus sucias mentiras para alguien que si las crea- se calló y cerró los ojos, como si hablar lo estuviera matando por dentro.- Ella nada de lo que ustedes le hicieron, pudiste haber hecho algo antes y preferiste quedarte de brazos cruzados y apartar la mirada, no tienes ni la mínima idea de cuanto dolor le causaron ustedes dos, así que no vengas con falsas disculpas cuando en realidad no lo sientes.

-Matteo...- comenzó pero el chico no le permitió hablar, en su lugar se acercó a ella con la mirada oscurecida.

-Y con respecto a eso- apuntó con su dedo al vientre de Annika- detesto que sea parte de mi familia, probablemente, Rose, le habría deseado una buena y larga vida, pero ella no está aquí y mi único deseo para ese niño es que viva sano y salvo, para que al crecer se de cuenta de los horribles monstruos que tiene como padres- se alejó de ella, sin mostrar alguna expresión en su rostro alzó la voz.- Por cierto, haste un favor a ti y a Rose, si tienes algo de dignidad, olvídate de asistir a su funeral, alguien como tú, no tiene porque estar presente.- se marchó sin decir nada más, dado que las clases ya habían culminado, el rostro de Annika estaba pálido, un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir una mano sobre su hombro, se giró solo para encontrarse cara a cara con un desconocido.

-No deberías permitir que te hablen así, al igual no le hagas mucho caso, puede que no lo conozca pero créeme es el dolor el que habla por él. - afirmó el chico de cabellos blancos y ojos grises.

En los ojos de Annika (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora