Capítulo 4.

179 16 1
                                    

NAYRA

Bajo a la cocina donde la abuela está terminando de preparar el desayuno. La saludo y me siento en un taburete frente a la isla.

—Es bueno verte con el color natural de tus ojos —sonríe cuando lo nota.

Solo le doy una sonrisa forzada. Siempre uso los lentes de contacto, pero estando algo distraída me he puesto uno de los lentes al revés. Me ha dolido en el alma por lo que decidí no ponérmelos, al menos por un buen rato.

—¿Has hablado con tu padre? —interroga ante el silencio que se ha formado.

—No —trato de restarle importancia, pero la realidad es que me duele mucho— no se ha comunicado conmigo.

—¡Es increíble! —expresa molesta—. Llevas más de un mes aquí y aún no te llama, no puedo creer lo poco que le importas, es un…

—Abuela —la interrumpo antes de que diga lo mismo de siempre— no quiero hablar de eso.

Se que mi padre nunca le ha agradado y sé que tiene razón en lo que ha dicho, pero malo o no sigue siendo mi padre y no siempre ha sido así conmigo. Después de todo el perdió al amor de su vida.

—Lo siento —se disculpa avergonzada.

No digo nada y ella tampoco vuelve a hablar.

—Buenos días —la voz alegre del abuelo se hace presente después de unos minutos— aun no me creo que te levantes antes que yo y menos un sábado —me revuelve el cabello.

—Me gusta madrugar —me encojo de hombros.

Lo hacía en México para ir al trabajo y a decir verdad no puedo dormir mucho desde que estoy aquí, las pastillas no tienen el mismo efecto que antes.

El abuelo mira mis ojos y solo sonríe sin mencionarme nada.

Por eso me agrada.

—Abuelo recuerdas que el plazo que me diste se vence hoy —recuerdo lo que hablamos semanas atrás.

—Si —asiente— soy viejo, pero tengo buena memoria.

—¿Entonces empiezo hoy?

—No entiendo tu afán de trabajar en la cafetería —Regina aparece en la cocina seguida por tía Cristina.

—Solo quiero ayudar.

Y necesito una distracción.

—Tú deberías hacer lo mismo Regina —mi tía le comenta y mi prima solo rueda los ojos.

—Después de desayunar nos iremos a la cafetería —el abuelo me informa— empiezas hoy, solo trabajarás martes, jueves y sábado.

—Pero…

—No cambiaré de opinión, tienes instituto no podrás con las dos cosas si trabajas todos los días.

Quiero protestar, pero sé que no servirá de nada. Lo poco que llevo aquí me he dado cuenta de cómo es cada uno y no es fácil hacer cambiar de opinión al abuelo.

—Vale.

—¿Dejarás de usar los lentes de contacto? —Regina posa su mirada en mis ojos y yo niego, incomoda—. De verdad que no te entiendo, si yo tuviera ese color en mis ojos no dudaría en alardearlos.

—Así como alardeas de que serás novia de Adexe —Alicia se nos une— buenos días a todos.

—No es alardear, solo digo lo que sucederá —lo dice como si fuera algo obvio.

—¿Y si no sucede? ¿Y si llega otra chica hermosa como Araceli con esos ojazos y lo conquista? —sonríe divertida.

Frunzo el ceño, disgustada, que le guste molestar a Regina no quiere decir que me tenga que meter a mí.

Indeleble Parte I y II ~ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora