CAPÍTULO CUATRO

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 Jongin agarró una almohada verde de la cama y la arrojó al suelo a sus pies.

—Abajo.

Kyungsoo se puso de rodillas y mantuvo la mirada en la cama mientras esperaba. Jongin se sentó y sus rodillas se separaron.

—Muéstrame lo caliente y relajante que es tu boca.

La polla de Jongin sobresalía de un nido de cabello rojo oscuro cortado cerca de la piel cremosa y pálida. Kyungsoo envolvió sus dedos alrededor de la polla gruesa y larga y se lamió los labios antes de pasar la lengua por la cabeza de ciruela.

Jongin se estremeció y puso su mano en la nuca de Kyungsoo.

—Mírame mientras me complaces. —ordenó.

Kyungsoo lo miró a los ojos y lamió alrededor de la cabeza antes de pasar la lengua por la hendidura y luego cerrar los labios sobre la punta.

—Mmm. Joder. —gritó Jongin con los dientes apretados.

El sabor de Jongin, un poco salado, estalló en su lengua.

—Mmm. —Kyungsoo lo devoró. Quería saturar sus papilas gustativas con el sabor de Jongin.

—Eso es, Kyungsoo. —gimió Jongin. Empujó más profundamente en la boca de Kyungsoo y retrocedió. Él folló en su boca con movimientos superficiales, los labios hacia atrás, revelando fuerte dientes blancos en un silencioso gruñido de placer. —Tu boca está jodidamente caliente.

Kyungsoo lamió la polla gruesa y rica en venas hasta el pesado saco. Lamió un orbe, que tenía lo que parecía una marca de garra. Jongin siseó y sacudió las caderas.

Kyungsoo sabía el efecto que tenían su lengua y sus dedos cuando tocaban la marca. Aumentó el placer de Jongin y le hizo perder el control. Se vendría en segundos. Debe ser algún tipo de zona erógena cambiante.

—Kyungsoo, deja de lamerme ahí. —ordenó Jongin con dureza.

Kyungsoo se metió la bola en la boca y la chupó mientras mojaba la polla con su saliva.

Jongin gritó, con los pies pegados al suelo, los tendones de su cuello sobresaliendo.

—¡Mierda!—Kyungsoo soltó la carne y dirigió su atención al otro orbe. Lo azotó con la punta de la lengua antes de volver a llevar la polla de Jongin a su cálida boca.

—Chúpalo más fuerte, Kyungsoo—ordenó bruscamente.

Apretó la succión de su boca, moviendo la cabeza arriba y abajo y una mano trabajando la carne que dejaba expuesta. No podía tener suficiente de Jongin. Su propia polla latía y goteaba. Sus bolas estaban apretadas.

Los ojos de Jongin, oscuros por la pasión, lo devoraron mientras acariciaba la mandíbula de Kyungsoo. El calor en los ojos de Jongin lo dejó chamuscado y con ganas de más.

Kyungsoo tomó a Jongin en la parte posterior de su garganta, relajó su reflejo nauseoso y se lo tragó.

Jongin dejó escapar un grito estrangulado. —Maldición, Kyungsoo, vas a hacer que me corra.

Kyungsoo retrocedió y deslizó su lengua por la polla de Jongin nuevamente y se encontró siendo levantado por manos fuertes y empujado a la cama. El pecho de Jongin era un músculo sólido y estaba desnudo de pelo castaño rojizo. Su estómago era plano como una tabla de lavar. Era el espécimen de hombría más hermoso que Kyungsoo había visto jamás.

—Alguien no puede esperar. —bromeó Kyungsoo cuando Jongin tiró su camisa a un lado. Jongin se inclinó sobre él y reclamó la boca de Kyungsoo con avidez. Sus lenguas se encontraron, se batieron en duelo.

✦·»𝓒𝓪𝓵𝓸𝓻 𝓭𝒆 𝓩𝓸𝓻𝓻𝓸«·✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora