Capitulo 13.

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*Narra Bella*

Cuando acabamos de desayunar me incorporo y me quedo mirando a un punto fijo.

Hemos quedado a las nueve todos a bajo, y son las ocho.

-¿Vas a ir ya a cambiarte?-me pregunta Jesus, quitándose la camiseta del pijama y seguidamente los pantalones.

-Eh, que estoy delante.-me quejo, tapándome los ojos.
Aunque hay que reconocer que esta muy bueno.
Pa' comértelo con pan y chocolate.

-Anda tonta, si ya me has visto.-me guiña el ojo.

Me sonrojo mientras le saco la lengua.

-Va, elígeme tu la ropa.-se ríe.

Observo su armario y le saco unos vaqueros que le quedan de muerte y una camiseta de manga corta ajustada, mas unas de sus inseparables vans.

-Va, ahora te dejare que elijas tu mi conjunto.-le sonrío, saliendo por la puerta.-Por cierto, estate alerta.

Salimos los dos de la habitación en silencio y llegamos a la mía.
Apoyo la oreja para escuchar si están dentro o no.

Abro la puerta y entramos.

-No están aquí.-sonrío.-Eso significa que están preparando la venganza.

Jesus se ríe mientras cierra la puerta.
Los dos vamos hasta el armario y lo abro.

Jesus se queda observando la ropa hasta que elige un vestido azul marino que sinceramente me gusta mucho.
Me da también unas sandalias y se sienta en la cama con una sonrisa de pillo.

Río silenciosamente mientras me quito el pijama para quedar en ropa interior.

-¡Que no me entere yo que ese culo pasa hambre!-grita, haciéndome enrojecer.

-Y no pasa.-le guiño un ojo y Jesus sonríe.-David me lo toca demasiado.

La cara de Jesus cambia por completo haciendo que ría a carcajadas.

-Es broma inbecil.-me río.-No le dejo que me toque el culo.

Jesus sonríe mientras se levanta y me ayuda a abrocharme el vestido.

-Preciosa.-se ríe.

-Precioso.-lo observo de arriba a abajo.

Se acerca a mi y junta nuestros labios.
Yo se lo sigo con ganas, porque si, porque lo necesito.

A los pocos minutos bajamos al recibidor del hotel donde ya están Mireia y Dani.

-Haz como que no sabemos nada.-susurro.

-¡Buenos días!-digo alegre, dándoles un abrazo a cada uno.

Y se me pasa por la cabeza la desagradable imagen que vi al entrar a mi habitación a las dos de la mañana.

-Buenos días.-contestan ellos.

No parecen estar tramando algo.

-Oye.-me río.-Por cierto, cuando valláis ha fabricar bebes, avisar, que ayer se me olvido el cargador en la habitación y entre y os vi en pleno acto.

Jesus comienza a reír al ver la cara que ponen los dos.
Mireia se sonroja y Dani suelta una risa nerviosa.

-Me la habéis traumatizado, pobrecilla.-me abraza Jesus por la espalda.

No dicen nada porque ven venir ya a las chicas.

-¡Buenos días!-canturrean Katy, Camy y Lucy a la vez.

Los saludamos con una sonrisa y esperamos a que vengan los chicos.

Pocos minutos después aparecen los cinco y se nos acerca.

Le sonrío a David y el se acerca para darme un beso.
Intenta alargarlo pero yo lo paro.

-Ya te he dicho que no me gusta que nos vena besarnos.-susurro, tendiéndola una sonrisa para que no se enfade.

-Solo estoy marcando mi territorio.-dice alto para que Jesus lo oiga.

-Eso solo lo hacen los perros.-me río, haciéndole una mueca.

David me saca la lengua y luego deposita un beso en mi mejilla.

Intento mantener las distancias con los dos yéndome con Mireia, no quiero tensión entre ellos dos.

-Por cierto.-me mira mal mi mejor amiga.-Que sepas que me voy a vengar.

-¿Porque?-me hago la tonta.

Mireia clava sus ojos verdes en mi haciéndome soltar una carcajada.

Saco el movil y le enseño la foto con cuidado de que no la vea nadie mas.

Mireia me echa una mirada de odio mientras estalló en carcajadas.

-Recuerda estas palabras, jovencita.-alza el dedo.-Soy la mejor en venganzas.

Profundas Miradas(II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora