; sexologist.

10K 373 25
                                    

G!P.

→ Blowjob.

→ LisaTop.

Okay, Lisa tenía un grave problema

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Okay, Lisa tenía un grave problema.
El tener que aguantar el llanto de su novia todas esas noches en las que intentaron echar pasión se comenzaba a volver rutina.

Porque a Manoban...

No se le paraba.

Joder, ¿22 CM para nada? Tenía que ser una maldita broma.
Cuando las cosas se ponían calientes entre su novia y ella, la pobre coreana terminaba llorando en una esquina de la cama.

— ¿Es que acaso no te gusta mi cuerpo? ¿Soy fea, Lisa? — Preguntó la menor intentando quitarse las lágrimas que surcaban sus ojos y mejillas.

— Yerim-ah... Claro que no. Eres hermosa y me encantas, pero por alguna razón no sé qué me pasa.

...

— Tienes que ir con una sexóloga, Lisa.
_
La menor escupió todo su café en el rostro de la mayor.

— ¡¿QUÉ?! ¡JAMÁS!

-No exageres, niña. Es sólo una revisión. Mira y si tienes disfunción erectil...

La rubia recibió un zape.

-Claro que no, eso es imposible. Se me paró antes, no entiendo por qué con Yerim no.

Un niño miraba confundido a la pelinegra, quien se dio cuenta de que estaba hablando un poco muy alto y le sonrió nerviosamente, para luego sentir el calor viajar a sus mejillas.

-Ajá... Mira, Manoban. Tener ese tipo de problemas no tiene nada de malo y además es normal ir a chequearte cada tanto. Pueden tener una charla de pareja, puedes tomar viagra, no lo sé... Esas cosas que hacen las personas con una tercera pierna.

La tailandesa pareció pensar seriamente aquellas opciones. No quería decepcionar a su novia.

-...Mira, cariño. Toma, este es su número. Es bastante directa y seria, pero te lo digo yo, siendo su amiga, que es la indicada para esto.

Una tarjeta dorada y totalmente delicada.

Especialista Kim Jennie.

-No pienso ir.

...

Y aquí se encontraba.

Tocando la puerta de una casa la cual ni siquiera sabía si era la correcta puesto a que las numeraciones estaban mal en aquel vecindario, pretendiendo encontrar a una tipa que le diga qué le ocurre a su disfuncional pene.

Bufó. Estaba a punto de irse cuando la puerta fue abierta por quien creía que era una diosa griega reencarnada en mujer.

La chica tenía una larga cabellera castaña atada en una desordenado moño perfecto. Usaba lentes y tenía una mirada felina que podría matar a cualquiera. Llevaba puesto un
suéter de lana con cuello de tortuga color negro con una calza apretada a su cuerpo del mismo color por las bajas temperaturas y unas uggs.

seduction | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora