Louis

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16 años después...

Luego de que mis padres se separaran hace cuatro años. Mi madre volvió a Londres y yo me quedé en America con mi padre. Estudie cinco años en una universidad de economía bastante buena.

Pero extrañaba a mi mamá como la mierda. La última vez que la vi tenía diecinueve y ahora tengo veintitrés . La ciudad comenzaba a agobiarme y a mi padre no lo veía nunca por su trabajo.

Así que decidí mudarme a Londres de nuevo en los últimos días del verano antes de que comenzara la universidad otra vez. Me había anotado a una unviversidad gigante que tenía cualquier carrera que podrías imaginar.

Era privada.

Era famosa por su diversidad de profesiones. No creo que las tuviera todas, pero tenía muchas.

Tenía desde medicina, hasta deportes y arte o política.

Obvio iba a tener económia.

La convivencia con mi madre era mejor de lo que esperaba. Trabajaba en un bufete de abogados y vivía en un barrio bonito. Cocinaba como los dioses y era muy cariñosa.

Aunque era una estadía semanal antes de mudarme al campus, podría visitarla cuanto quiera.

–¿Ya sabes quien será tu compañero de cuarto?

–Si, tenía el nombre por aquí... una tal Edwina. Alfa. 22 años. Alérgica a Los Gatos.

–Esperemos que se lleven bien.

Asiento y saco mi taza de té al patio delantero, junto a mi libro y unas galletas.

Planeaba pasar mi tarde ahí ya que mi madre a esta hora dormía siesta.

–Cielo, me llamaron de la oficina. ¿Quieres que te cocine algo antes de irme?

–No, pero gracias.

Toma su saco y me da un beso en la frente antes de tomar su auto e irse. Me quedo media hora más afuera hasta que veo a alguien pasando en un monopatín eléctrico, lentes y con un casco violetta y ropa algo extravagante. Un auto pasa por un lado de esta persona y le grita:

"Hazme un sándwich, omega"

Al que se lo gritaron se bajo tan rápido que creí que se había caído y le lanzó una piedra al auto. Al parecer la piedra sí dio ya qué hay gritos y el omega se ríe. Un alfa corre y lo empuja violentamente mientras el omega ríe.

El alfa era notoriamente más grande que el omega y yo estaba sorprendido por lo que estaba viendo ya que aunque este le gritara el omega no retrocedía nunca.

Decidí acercarme para defender al omega.

–...Mi puto auto, enfermo!

–Iba a matarte la piedra o tu falta de atención al volante por ir gritándole cosas a la gente en la calle.

–¿Y tu quien te crees que eres?

–Un omega que no te va a hacer un sándwich.

Se acerca a golpearlo pero el omega le da un puño en la panza y sale corriendo con su monopatín.

Diablos, era raro.

Una sonrisa se le escapa mientras entra nuevamente a su casa. Estuvo pensando en lo sucedido el resto del día.

💕💕💕

Dos semanas habían pasado para llegar a este momento. Estaba en la puerta de mi departamento en el campus.

Era bonito. Pequeño. Minimalista.

–Louis, este campus es precioso. Nunca había visto una universidad así de grande.

–En America hay unas cuantas.

–No puedo imaginar cuando debe de salir.

–Tampoco lo se. Papá solo quiere que termine la universidad para trabajar en su empresa.

Ella me mira con ternura y se acerca a darme un beso ruidoso en la frente.

–Oh, mi cielo. Estas tan grande.

–Ya, ma.

–Debo irme. Pero espero tu visita, hablo enserio. Pásalo lindo, estudia mucho y busca omega.

–Mamaaa.

Ella se va y me quedo solo acomodando todo mi desorden de cajas. Buscar omega... ojalá pudiera, nunca había tenido suerte en ese tema. Nunca sentía nada especial por las personas, si alfa las rechazaba al instante.

No le gustaba hablar del tema.

Un ruido se escuchó en la entrada mientras desarmaba su valija y sale de su habitación para ver qué es.

Lo único que ve es a una persona colgando un cuadro en su recibidor.

Tenía un martillo y a su lado. El clavo ya estaba puesto. No se si estaba permitido hacer eso.

Estaba de espaldas, tenía unos anteojos en su cabeza, unos pantalones sueltos, tiro bajo y una apretada musculosa que dejaba ver todas sus curvas.

Olía como el mismo cielo. A algo frío como hielo y frutas tropicales al estilo Maracya fresco. Muy original y delicioso.

Era omega, así que no era edwina. Además de que era hombre.

–Hola.

El se asusta al darse la vuelta y me mira de arriba a abajo con brillantes ojos verdes.

–¿Y tu quien eres?

Me pregunta y yo me asombro.

–Bueno, ahora vivo aquí supongo.

–Oh, ya veo. Edwina y yo decidimos intercambiar de roomis porque yo no viviré con perras y a ella le gusta esa perra al parecer. Son algo así como destinadas, o eso cree ella.

Pasa a un lado mío con una caja de leche en las manos que no se de donde saco. Tiene la uñas pintadas y usa muchas joyas.

–Pero tu eres omega.

Aquí comenzó nuestra primera discusión. Cuando el se volteo a verme completamente indignado por lo que acababa de decir.

–¿Y que si me quedo aquí plenas violarme o acosarme con tu nudo de alfa? No jodas, es lo mismo. Si me acosas te mato y todo resuelto.

–No...

Me había quedado algo volado por lo que había dicho.

–No era mi intención hacerlo sonar así. Vengo de America, ahí separan a los omegas y a los alfas de dormitorios. Es algo así como una ley no escrita.

–Bueno, aquí no es así. Deberías dejar de vestirte así de formal, a menos que estudies biología. Malditos raros. ¿Eres nuevo? Edwina me dijo que su roomie era pelirrojo. Creo que se cambio de escuela.

Miro mi ropa. Llevaba una camisa blanca pegada al cuerpo, unos jeans negros y unos zapatos de vestir.

–Mi mamá me dijo que lucia bien. Y si, soy nuevo.

–No digo que se vea mal, te vez muy caliente. Pero le falta estilo. Supongo que está bien para ti.

Me dice eso y luego se larga a su habitación pateando una caja grande donde iban sus cosas y una mochila en la espalda. Había otra casa que tenía su nombre sobre la mesa así que decidí ayudarlo.

–¿Que haces?

–Te ayudo con la caja.

Me mira confundido y yo dejo la caja en el suelo.

–Amigo, ¿Cual es tu nombre?

–Louis.

–Mira Louis, vuelve a tus cosas. No necesito tu ayuda. Se cargar una caja.

Me cierra la puerta en la cara luego de eso. Era el del monopatín, no tenía dudas.

Vuelvo a mi habitación y luego de dos horas se escucha música desde la habitación de al lado. La de ese chico de ojos verdes que no sabia el nombre pero ahora éramos compañeros de piso.

¿Dijo que era caliente?

Amor a segunda vista.[L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora