Capítulo 14

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Rebecca

—Rebecca no creo que sea correcto ni bueno para ti el irte a una fiesta en el estado en que estás —Brenda trata de convencerme —. Vamos, veamos una película...

—Quiero olvidarme de Axel —la interrumpo.

—Pero no es la forma Rebecca, además, recuerda lo del corazón...

—No voy a tardar mucho.

Maquillarme es difícil pero igual lo hago de forma impecable que no se nota que he llorado por horas o siquiera el tatuaje del brazo. Llevo un vestido negro el cual lleva un escote en v.

—¿A dónde vas?

No respondo.

—Rebecca ¿dónde es la fiesta?

—Bahía Azul.

Ella se lleva las manos a la cabeza.

—¡Maldita sea ahí hay droga!

—No voy por la droga —le digo —solo quiero ver un poco de acción para distraerme...

—Haz lo que quieras.

Se va cerrando la puerta de un portazo provocando que cierre los ojos por un momento.

Quiero distraerme un poco y hacerme ver qué no lo necesito, sin embargo, aún siento esa tristeza que me ahoga al no tenerlo.

Salgo de la habitación tomando mi bolsa y volviendo a ver a Brenda que se cruza de brazos.

—Estaré bien, llegaré pronto.

—No vuelvas a ello por favor.

Salir de las drogas fue algo muy difícil tomando en cuenta que fuí adicta de esa mierda desde los 12, así que no pienso dar un paso atrás porque por muy placentero que sea, eso me volvería una esclava nuevamente.

Tomo un taxi el cual me lleva hasta la playa, luego bajo y me dirijo hasta los botes que abundan en la orilla del mar.

Tomo una lancha y le pago a un señor antes de subirme y conducir rumbo a otra parte de la playa.

Tardo alrededor de 20 minutos en llegar y cuando lo hago, escucho la música fuerte que inunda cada espacio de la isla mientras que el gran cartel me recibe indicándome que he llegado a mi destino.

"Bahía Azul"

Solo pocos conocen de este lugar y es que aquí solo llegan gente del bajo mundo a divertirse de formas en que nadie lo hace. Lo extraño aquí es lo común.

Hay mujeres bailando y desnudándose al mismo tiempo, otros están en juegos de cartas o de billar y junto con ellos hay mujeres las cuales los besan, la droga aquí es como un dulce el cual está en cada rincón: en brownies, dulces, bebidas, para fumar, para inhalar y muchas más formas en las que no se pueden imaginar y hay de todo tipo.

Tomo un suspiro antes de ir a la entrada principal donde el guardia se cruza de brazos.

—Vaya, han cambiado de hombres ¿Y Kevin?

No me responde así que voy al punto.

—Soy la nieta de Francisco Gray, líder de la mafia turca.

—Identificación.

Nunca me habían pedido el tatuaje y creo que mis facciones gritan el apellido Gray.

—Nunca me lo pidieron.

—identificación o lárgate de aquí muñeca —se me queda viendo un momento —aunque si quieres puedes esperar un poco para que te rompa el coño.

Estúpido.

Love (En corrección)Where stories live. Discover now