Capítulo XIX

2.8K 399 47
                                    

Parada en la sala del trono, aguardando a que llegara el emperador para desayunar como el resto de la corte, mientras recordaba la gran mayoría de cosas que habían pasado el día anterior.

Desde el desayuno con la señora Yu, a cuando Xiang se desmayó al encontrar a Ying Zheng en lugar del guardia. O desde que conoció a su madre, a cuando las concubinas se acercaron a suplicarle por segunda vez.

Le resultó muy fuera de lo normal ese día. Aunque así era desde el momento en que su padre falleció.

—¿Habrá entrenado hasta tarde ayer el emperador que ahora descansa?— preguntó con duda otro hombre.

_____ desvío la mirada mientras se balanceaba sobre sus pies, como si no supiera nada al respecto. Por lo que veía, nadie supo nada de él durante toda la jornada, y le sorprendía que el rumor no llegara a sus oídos.

—Iré a buscar a su alteza, así comenzamos con las tareas del día— mencionó el señor Bao, el segundo mayor entre todos los presentes.

Nadie dijo nada hasta que salió de allí. Oyó como entre algunos hablaban de estrategias de batalla, otros de economía y demás. El maestro Mao giró a verla.

—¿Lograste descansar ayer? ¿Saliste al pueblo o a algún campo?

Eran lógicas sus preguntas, por el hecho de no haberla visto y la vez en que tuvo que hablarle respecto a ella en lugar de darle él la clase. Después de todo, había mencionado esa vez una palabra que le gustaba cómo sonaba: "libertad".

—En realidad, fui a visitar a mis conocidas en el área de las sirvientas. Apenas pude descansar...

—¿Te mandaron a trabajar?

—En realidad...— se aproximó un poco para susurrar, cubriendo su boca con una de sus manos —, el emperador deseo que lo llevara allí.

—Por las barbas de mis ancestros— abrió sus ojos sorprendido —. Nunca se atravesó un pensamiento de ese tipo por mi cabeza.

—Su motivo principal era ir a lo de sus concubinas...

—Oh...

—Y les dijo que se marcharan.

—Oh. La primera vez que las conoce, las echa del palacio— comentó aún susurrando.

—¿Y usted? ¿Logró descansar? Disculpe mis modales por no preguntar.

—No te preocupes, pequeña. Leí unos cuantos libros viejos, que pensé que podrían interesarte. Pero cuando fui a dejartelos, no estabas.

—¿Enseguida me los dará?

—Por supuesto— asintió.

Pero las charlas de todos se detuvieron abruptamente al escuchar como la puerta se abría de golpe. Era el señor Bao, que parecía estar espantado.

—¿Qué sucede?— interrogó el señor Li.

—E-el em-emperador no e-e-está.

Los ojos de todos se abrieron de golpe.

—¿Cómo?

—¡Lo que dije!— exclamó con desesperación —¡Su habitación estaba hecha un caos y él no estaba allí!

_____ sintió como su presión bajaba. ¿Estaba tratando de decir que había sido secuestrado?

—En algún lado ha de estar— mencionó el señor Hong, tratando de mantener la calma.

—Informa a los guardias para que nos ayuden en su búsqueda. Algunos en los alrededores del palacio y otros aquí dentro. No planeo quedarme de brazos cruzados— esta vez fue el maestro Mao, que también hacía su mejor intento de estar sereno —. Sepárense para cubrir más zonas.

Sin más que decir, la muchacha fue la primera que se puso en marcha.

Sin más que decir, la muchacha fue la primera que se puso en marcha

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Iba y venía. Inspeccionaba todas las habitaciones que se cruzaba. Incluso fue al área de las sirvientas, evitando demostrar su desesperación y dar datos del motivo de su ida. Pero tampoco estaba allí.

Ya en un momento dejó de caminar rápido para correr, tomando de sus prendas inferiores y así serle más fácil.

Sinceramente, se estaba sintiendo horrible. ¿Y si todo aquello, ella tenía parte de la culpa? ¿Y si algún soldado fiel del general Jian lo secuestró para tomar venganza? Muchos pensamientos de ese tipo cruzaban su cabeza.

—Zheng... ¿Dónde estás?— murmuró para sí misma, deteniéndose agitada a ver a todos lados en aquel pasillo. ¿Qué más le quedaba por registrar?

—¡Señorita _____!

Giró de inmediato en dirección del señor Li que la había llamado.

—¡Un guardia me comentó que lo encontraron!— dijo mientras caminaba rápido.

—¿En dónde?

—Cerca de la sala de juntas. En la biblioteca.

Y de nuevo salió corriendo, dejando al hombre ir a su ritmo, que bastante agitado estaba.

A medida que se acercaba a ese sitio, notó como varias personas salían apresuradas de ahí, diciendo que se corrieran o fueran a llamar de inmediato al médico del palacio.

Ahora temía que estuviese malherido.

Cuando llegó, le causó impresión aquella imagen: unos cuantos guardias llevándolo de sus brazos y piernas, tratando de tener cuidado, mientras que él joven apenas llevaba lo que parecía ser su ropa para dormir, unos pantalones y su venda que se resbalaba por su cara.

Parecía estar bastante fatigado, más pálido y con sus mejillas rojas.

Colocó sus manos sobre su boca, ahogando una exclamación de sorpresa.

Sintió como una mano era apoyada en su hombro. Volteó a encontrar al maestro Mao.

—Lo encontré llamándote y a otra mujer... Debe estar alucinando por la fiebre...

Aquello estrujó su corazón. ¿Qué había pasado para llegar a ese estado?

—Que los dioses nos oigan...— dijo posando sus manos en su pecho, viendo como se alejaban llevándolo a su habitación, dejando detrás un gran ir y venir de personas.

— dijo posando sus manos en su pecho, viendo como se alejaban llevándolo a su habitación, dejando detrás un gran ir y venir de personas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Un capítulo más hoy? ¿O directamente dos capítulos mañana?

¿Qué tal va la historia?

¡Ah! ¡Y estamos viendo el final que se aproxima! ¿Qué sucederá?

Besos ♥

MUJER |Qin Shi Huang y tú|Where stories live. Discover now