Cain

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Alya

Después de dejar a Marinette y de preguntarme ¿Que demonios le ocurría en su maldita cabeza de nueva humana? Un malestar me hizo bajar del taxi y volver el estomago.
El estrés de toda esta situación  me estaba afectando y no era para menos.
Cheng estaba enajenada con Luka y le importaba poco lo demás.
Las hermanas de la casa azul estaban impacientes por conocer al portador que mencioné, Adrien no parecía querer cooperar y Nathaniel con su ninfomania era lo único que me daba un poco de tiempo.

Tenía los nervios de punta y el cerebro con pocas ideas y las que había, no eran tan buenas.
En especial la última.

- ¿Que pasaría si bebo la sangre pura de Cheng y tomó el lugar como portadora mayor?

Sacudi mi cabeza para sacar esa estúpida idea y sonreí para mí con frustración.

Recordar lo que le pasó a Jesús y sus apóstoles, incluyendo a Judas, solo por probarla fue mi respuesta y, aunque mi poder no era el mismo que hoy, no estaba segura de que tanto podrían protegerme mis hechizos para no explotar en el intento de procesar la vida pura de mi estúpida amiga.

Recobre la compostura tanto como pude y subí de nuevo al taxi dejando caer mi cabeza en el respaldo.

- Continúe por favor.

El taxi avanzó por un rato y yo seguía pensando que hacer.

Quiza debo aprovechar que Nathaniel está débil, reunir a todas las hermanas dispuestas y atacarlo.
Será más fácil si nos encargamos de Luka primero.
Debo ser discreta para que Aradia no lo sepa, solo tengo que evitar que Marinette sea vista en esa condición.

Volví la vista al camino y me percaté que no era el correcto pero antes de que pudiera recriminar al chófer este me lanzó directo a la cara un asfixiante paralizador que por mas que luché, me dejó sin aire.

Frente a mi, en lugar del chófer, estaba mi tataranieta Sibon que con una mirada fría me sugería que dejara de luchar y  volvió al volante sin preocuparse por si me defendía de ella.

Confiaba en que no la dañaría sin importar que.

Por mas que soporté , me dejé caer en el asiento para no perder la conciencia y espere.

Demoramos poco más de 15 minutos cuando el auto se detuvo de golpe y mi nieta comenzó a maldecir sin parar a lo que sea que veía frente a ella.

Era la fábrica de adrenocromo de Nathaniel lo que alcance a ver pero yo estaba por colapsar y no pude mover ni los ojos.

Todo se nublaba cuando tres hermanas me bajaron del auto, me ataron y me dejaron respirar un poco. Fue cuando vi una terrible masacre en los alrededores de la propiedad.

Mi nieta caminaba entre decenas de cadáveres de sirvientes de Nathaniel hasta llegar a Aradia quien la recibió en brazos y la consoló.

Las hermanas que me llevaban eran del clan de las abejas, seguro su líder ignoraba tal acción ya que las vudú no toleraban a Aradia. También había una hermana del clan de las ratas, las tres parecían preocupadas más por mi reacción que por Aradia o el campo de cuerpos pero, no se oponían a la presencia de la bruja.

Aradia se acercó y ellas me dejaron caer quedando mi cara hundida en el césped mojado de sangre.

- Alkila Puye, disculpa la forma tan burda de traerte hasta aquí pero, no eres fácil de... tratar y esto es, como puedes ver, una emergencia.

Aradia me tomó del pelo y levantó mi rostro.

-¿Sabes quien hizo esto?
...
...
...
Cierto, no puedes hablar.
Te lo diré.
Fue ese rubio quien, tú aseguras, es el mayor portador de Cheng.
Y lo entendemos. Ahora que la regente no está con nosotros, ellos deben y pueden competir pero...

BLOODY MARINETTEUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum