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       Regresé a Maracaibo, a mi pequeña isla social y mental, estuve semanas en depresión, ni yo me conocía, pero ahí estuvieron las chicas para apoyarme. En esos meses oscuros por el dolor de perder Andrés me desahogué en lo que de niño hacía, dejar el odio y rencor en mis pinturas.

María y Estela se la pasaban en sus cosas de amor escondidas, aunque sus padres ya sospechaban de la situación, sin embargo, preferían que estuvieran en casa, que en otro lugar.

Estefanía y Diego formalizaron más la relación. Marzo entro una tragedia al país, aunque ya azotaba el mundo, el virus del COVID. Estar resguardado, a la hora de salir cumplir medidas de bioseguridad, era como una película la soledad en las calles, más que mi vida, solo faltaban los zombis.

Meses más tardes, la cuarentena radical la flexibilizaron un poco. Estefanía me invita a una fiesta en Cabimas, era el cumpleaños de un primo de Diego. Una tarde de noviembre, sin nada que hacer, acepte.

Llegamos al lugar, una casa hermosa, un patio muy cuidado, piscina y olores a hierbas medicinales, lo más impresionante eran la altura de los árboles de eucalipto, el sitio era increíble.

Diego saludó a unos chicos y nos presentó, no éramos mucho en el lugar...

Entre charlas, tragos y buena música, estábamos pasándola bien. De repente llegó alguien a la fiesta, al verlo fue una locura para mí, su piel canela, cuerpo esbelto y labios para obsesionarse. Quería ir a preguntarle su nombre. Sin embargo, me contuve tan solo por unos minutos.

Le dije a Diego que presentara al chamo, pero él no lo conocía. Así que no tuve otra opción, que ser ese chico salido que va por un trago. Fui hasta el primo de Diego.

— Bruno... Puedes darme otro trago— tenia los nervios al borde, al estar junto a ellos.

— ¡Claro que si Carlos! — expresó Bruno, me sirvió el vaso— !Ah! Te presento mi novio y un gran amigo, casi como mi novio—Bruno soltó una carcajada.

Uno de los chicos me abrazo—Hola, soy Dixon, el novio de Bruno.

El otro chico me dio la mano como todo un hombre y yo la acepte, aunque quería el abrazo de era de él y le expresé—Hola, soy Carlos. Y no deberíamos estar tan cerca por el covid— lo dije por sarcasmo.

Los chicos sonrieron, y el chamo que me gustaba se le mostraban los hoyuelos en sus cachetes y dijo— deberías soltarme la mano, y por cierto, soy Cesar.


NOTA:  Parte III "Lazos" disponible muy pronto

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NOTA:  Parte III "Lazos" disponible muy pronto. ♥

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2022 ⏰

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ʀᴇᴛᴀᴢᴏs ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora