Ella quedó paralizada frente a nosotros, sus ojos saltaban del asombro.
— ¿Qué está pasando Jesús? —Dijo un poco confundida.
Yo miré al otro lado de la habitación, para que no viera mi rostro de nervios, que me da por reír.
—Nada mamá... Cesar me estaba sacando una basurita del ojo—explicó el chico todo asustado por el incómodo momento.
—Te está buscando tu novia. Te espera en la sala... Y carga un drama, de que no la has llamado— enunció la mujer y se marchó.
—Así que basurita... vine a ver como estabas, al saber que estás bien, mejor me voy a casa. Y por favor olvida todo lo que pasó, yo te quiero como mi amigo...
—Esto no va a quedar así, sé que te gusto, lo comprobé con ese beso... Una vez que haya hablado con Carla iré a tu casa...
—No Jesús... Ve con ella— expresé cuando por dentro quería estar a su lado, besarlo y amarlo.
Después ambos bajamos de la habitación, ahí en medio de la sala sentada en el sofá estaba ella. Ni por cordialidad me respondió a mi saludo, ella me odia, hasta pensé que sospechaba algo.
11 de agosto, viernes por la tarde, iba rumbo a casa después de salir de la casa del chico de mis sueños. Llegué a casa, y me puse a limpiar mi habitación mientras escuchaba canciones de Lana del Rey. Agotado, me desplomé en la cama a pensar si él realmente vendría y para qué.
Él no llegó esa noche, no les mentiré, tenía mi estado emocional por el piso, la esperanza de que Jesús llegaría a mí, se quedó entre los muros de mi cerebro. Así que agarré mis auriculares, coloqué las mejores canciones de Jesse & Joy, esas que te hacen sentir aún más mal, las de desamor que tocan el alma y te la destruye.
Es que así me sentía, con el corazón herido. Como iba a esperar que viniera, sabiendo que yo le dije que estaba confundido. Esa noche mi abuela me llevo la cena al cuarto, sin saber por lo que estaba pasando, me dijo: Cesar aquí tienes la cena y deja de llorar por marisqueras...
Por supuesto, ella me vio los ojos con lágrimas. ¿Quién no llora con "Ecos de amor"? Esa canción toca toda mi existencia. Cené y me fui de nuevo a la cama a hundirme en mi propia desilusión.
Recuerdo haberme quedado dormido, eran la una de la madrugada y unos cuantos minutos, de repente unos golpes en mi ventana me despertaron. "Cesar, ábreme soy Jesús". Era un pequeño susurro, no le di importancia, pensé que era mi conciencia jugándome en contra. Cerré de nuevo mis ojos y regresa el ruido a mis oídos, me levanté a asomarme, tal como en una película de amor... sucedió.
Él, estaba ahí tocando mi ventana...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
