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— Nada... Cosas de amigos— dijo María.

Andrés se echó a reír— pensé que hablaban de mí... María me puedes dejar unos minutos con Carlos, quiero conversar con él — indicó Andrés con su aliento a ron.

María se marchó, ahí quedé solo con el chamo que estaba descontrolando mis emociones.

— ¿Te gustó el beso?

— ¿A qué viene eso chamo...?

— Responde a mi pregunta... O ¿Quieres repetirlo?

Me quedé callado... Andrés se aproximó y me besó. Ese beso fue tan profundo que tuve una erección, no quería despegarme de él, pero terminé empujándolo.

— Ya estoy harto de escucharte hablar de Santiago... En vez de darte una oportunidad con alguien más— expresé con enojo— sabes que me gustas y he estado ahí por estos meses, no quieres llegar a más conmigo...

Nuevamente Andrés se me fue encima, me besó, me calló con sus labios, quería seguir ahí besándole, sin embargo, lo volví a empujar.

— Voy a darme una oportunidad contigo— expresó Andrés.

Me sonrojé, comencé a sentir cosas dentro de mí estómago, una sensación horrible, mi corazón se aceleró aún más y mi alma tocó el cielo.

Desde ese 5 de febrero de 2017 Andrés y yo iniciamos una relación. Marzo, abril, mayo, y junio, meses de estar a su lado, por supuesto a escondidas, él no quería decirles a sus padres todavía, Estefanía seguía con nosotros, a mí no me importaba, ella era muy querida y con tal de tener a Andrés a mi lado. Por supuesto ya había tenido sexo con él, pero nada emocionante, lo más hermoso lo diré más adelante.

Ese junio fue el peor mes del año, estaba en clases cuando una llamada inesperada entra, tomó mi teléfono y salgo del salón...

Entre llanto mi madre dice— hijo tu abuela acaba de fallecer...

Al escuchar esas palabras, quedé frío en ese pasillo de la universidad, mis ojos empezaron a llover, era una fuerte tormenta que tenía por dentro, de contener las lágrimas, salían sola, escuchaba a mi madre decir— cálmate... Hijo... Hijo— quería correr a casa para ver si era verdad, pero mis pies no me daban, caí en el suelo a llorar.

Mi abuela, ella fue mi primer apoyo para contarle a mis padres lo que me pasaba, ella siempre estaba ahí cuando me portaba mal y cuando lo hacía bien, también. Hacerme la idea que no estaría más, no podía. Todo por culpa de un infarto.

De ahí recuerdo que todo pasó tan rápido, su funeral, el entierro y vinieron semanas de depresión para la familia, pero Andrés siempre estuvo conmigo ahí, apoyándome.

A finales de julio, Andrés me propuso un viajé para despejarnos, para solo nosotros dos y obviamente Estefanía. Él quería levantarme el ánimo, por supuesto que acepté, sin embargo, no sabía a donde iríamos.



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ʀᴇᴛᴀᴢᴏs ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀWhere stories live. Discover now