02. Inconsciente.

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El primer día de gimnasio...

YoonGi almorzó con sus amigos, intentando olvidar lo vacío que se sentía allí, compartió bromas ácidas con NamJoon sobre como tendría que cambiar todos los pañales, de nuevo, mientras Jin mecía al bebé y lo mimaba, escuchó la historia de Hobi sobre su última conquista, una bailarina de largas piernas y delgadez preocupante llamada Lisa, y se limitó a contarles que pensaba hacer la compra al día siguiente porque se le habían acabado las mandarinas en casa y no podía vivir sin sus mandarinas, aunque eso ya ellos lo sabían, solo lo dijo para aportar algo a la conversación, aunque eso no lo hizo sentir mejor. Se sentía como el adolescente de un grupo de adultos con vidas ocupadas, ellos tenían cosas de "adultos" que hacer mientras él se limitaba a hacer la compra, como si se lo hubiera encargado su madre, ser niñera sin sueldo a tiempo parcial y trabajar para mantenerse.

-Creo que no es tan malo- intentó consolarse.

Quizás solo necesitaba verlo todo desde otra perspectiva, le gusta su vida, son sus hormonas las que no están de acuerdo con cómo la vive, pero tampoco quiere dejarse controlar por ellas, así que decide dejar de preocuparse y concentrarse en el trabajo, tan concentrado estaba que solo se fijó en la hora cuando su teléfono sonó, avisándole de que su sobrino lo llamaba.

- ¡Ya voy! - gritó al teléfono.

-No, no te apures, solo te llamaba para recordártelo, tío, porque sé que se te va la hora cuando trabajas.

-Oh...OK, igual, nos vemos allá- dijo saliendo del shock que esas palabras le causaron, es que se sintió tan sorprendido y feliz por su actitud que solo eso atinó a decir.

-Sí...- aceptó Kookie, con voz cantarina.

Y cuando oyó que colgó, dejó el teléfono a un lado y se dio una palmadita en la espalda.

-Bien hecho, Min YoonGi, bien hecho- y se levantó de su silla, para apagar todo e irse al gimnasio.

Cuando JungKook recién llegó era arisco y frío, no tenía intenciones de mezclarse con él, ni con nadie, creía que solo estaría allí un par de meses, así que solo se estaba enfocando en vivir un día a la vez, sin acercarse demasiado a nada que pudiese extrañar cuando tuviera que irse, le tomó un par de meses más de los que pensaba estar allí, darse cuenta de que una vez que su madre consiguió librarse de él, no iba a quererlo de vuelta y aunque YoonGi no estaba de acuerdo en que lo dijese así, su hermana nunca hizo nada por desmentirlo en las conversaciones que tuvieron después del parto de su hija, solo le pidió que se quedase más tiempo con el chico, porque no tenía tiempo para nada desde que nació la bebé, a la que sin conocer, YoonGi ya empezaba a aborrecer, asumiendo que sería igual de egocéntrica y mimada que su hermana. No se quejó de quedarse con su sobrino más tiempo, por el contrario, decidió dedicarle más horas al día, llevarlo a pescar, a comer brochetas de cordero, hablarle de sus propios traumas, así, poco a poco Kookie se fue abriendo, y ahora incluso lo llamaba porque lo conocía tan bien como para saber que se le había olvidado que quedaron de verse.

-Ya me voy- avisó a NamJoon, que le alzó el pulgar y sonrió para él.

- ¿Revisamos mañana los nuevos temas?

-Sí.

Fue a la oficina de Hobi y lo encontró tirado en su sillón, con su celular.

-Ya me voy.

- ¿Te llevas mi bufanda? - se la ofreció.

-Gracias- la tomó.

- ¿Crees que sea muy pronto para pedirle salir otra vez esta noche? - le preguntó moviendo el celular entre sus manos.

Con amor, tu futuro | TaeGiWhere stories live. Discover now