—Orale, ¿Y está güera? Ay papá, ya chingue. —Dijo el de sudadera roja. —Hola bizcochito, ¿Que hora es pero sin chip?

—Hey, hey, Cochi, cálmate. —Le dijo Quackity. —Que ella es una traidora también.

—¿Trai...? ¿De qué estás hablando? —Pregunté mirando al otro chico con camisa amarilla, quién me veía algo pensativo.

—Un pajarito me contó que hiciste trampa por Luzu, cambiaste los votos.

Me quedé callada, de alguna forma no recordaba nada de eso.

—N-No sé de qué estás hablando.

—Claro, no te conviene que el padre Alexby sepa de eso. —Dijo burlón. —Padre, ¿Cómo ve que ésta... muchachita cambio los votos para que su noviecito pudiera ganar?

—No es así, no lo recuerdo. —Dije sintiendo un gran dolor de cabeza. —Yo no haría eso...-

—Lo hiciste, me contaron y tengo una buena evidencia, Roxanne.

—Aguas primo, que ya se me paniqueó la güerita. —Dijo el de camisa amarilla caminando hacia mi, para sostenerme. —Ingasu, ya le dio la pálida, primo. Ira' ya hasta anda temblando. Es eso o ya la traigo bien locochona.

—¡Beni, suelta a la traidora!

El tal Beni me soltó y entonces perdí el equilibrio, caí al suelo sintiendo como unos pequeños choques de electricidad en mi muñeca. Y entonces dejé de sentir algo.

—¡Roxy! —Exclamó Alexby yendo a auxiliar a la fémina. —Quackity, necesita ayuda.

—Nah, ¿Yo que voy a estar ayudando a ésta traidora?

—Primo, no es por nada pero ya hasta anda con el pinchi parkinson ese que le dio a la abuelita coco.

—No es mi pedo.

—¿Y si ya le anda dando rabia?

—Nel, tampoco mi Cochi.

—¿Y si ya le anda saliendo una cosa como rosa de la muñeca?

—Ha de ser criko, tu dejala, Beni.

—¡Joder ya dejó de respirar!

—¿Ni porque dejó de respirar, tu?

—¿Cómo creen qué...? —Quackity finalmente se giró, notando cómo Roxy no se movía, sin embargo tenía unas líneas rosas alrededor de la muñeca donde estaba la pulsera. —¡Puta madre! ¿¡Por qué no dicen nada, pendejos!?

—¡Pues si sí te dijimos!

—¡Hay que llevarla con Sapo Peta!

—¿¡Quién es ese, tu!?

—¡Es mi ex!

—Ay, primo, ¿Cómo así que te andabas dando a una rana?

—¡Chinguenle, pendejos! ¡Padre!

°°°

—¿Por qué dejamos a la güera con ese vagabundo? Digooo, no es porque yo sea muy limpio y así, pero ese chacal se veía de dudosa procedencia.

—Cochi, Sapo Peta es la persona más buena que vas a conocer. —Le dijo Alexby. —A todo esto, ¿Por qué estoy yendo con ustedes?

—Pues porque al pendejo de nuestro primo se le dio por creerse narco y ahora quiere ir a vaciarle la merca al presidente ese.

—Los ando escuchando cabrones.

—Ay, si escucha.

—Este es el plan, vamos a ir a ese camión de carga con pepinos en la coordenada que Beni escribió, ahora sí ese traidor se las va a ver, le vamos a quitar todo...-

—¿Eso es lo que fueron a hacer mientras nosotros estábamos con la güera? —Se quejó Cochi. —Yo también quería ver lo que tenía el presi ese.

—Luego ves, mientras.... Musica de atraco.

Comenzó a sonar el instrumental de Campanas de Belén, haciendo que Alexby se sintiera más a gusto. Quackity comenzó a cantarla pero sus primos no estaban muy de acuerdo.

—¿Qué es esa chingadera, mi buen? Ponte algo más a la ocasión. —Le dijo Cochi.

—Oquelachingada, pues ya mero andamos en épocas de navidad, que feo que no tengas ese espíritu navideño eh.

—Ya pon algo chingon o me voy.

Y fue así que sonó Jefe de Jefes.

°°°

—¿Entonces? —Cuestionó Alexby.

—Roxy está hechizada con una pulsera, este hechizo hace que su energía se consuma, y de alguna forma vaya olvidando ciertos aspectos de su vida.

—¿Entonces también olvidó que hizo fraude electoral?

—Quackity. —Lo regañó Alexby.

—Creo qué debo recordarte que ella no está al cien por ciento de sus decisiones con este hechizo, y no sabemos desde cuándo esté usando está joyería.

—Ah mira, que pertinente.

—Achinga, ya se te dio por decir palabras que no entiendo, hable bien primo, con huevos.

—Cochi. —Gruñó Quackity y Cochi no tuvo de otra más que irse a la esquina.

—¿Cuánto tiempo va a estar aquí? —Preguntó Alexby.

—Bueno, necesita recuperar su energía, por suerte logré quitarle esa pulsera, fue difícil pero con ayuda de los dioses pude lograrlo. —Dijo Sapo Peta. —Así que mientras se recupera, estará aquí descansando, yo me haré cargo de ella.

—¿Y que hay de lo que olvidó la güera? —Preguntó Beni. —¿Que me ven? ¿Fui el único pendejo que se fijo en eso?

—Eres bien pinche chismoso.

—Ay primo, que no se te olvide lo que nos contaste de la güera, y que tú y ella y quién sabe que, que le ibas a decir de tus...-

—Ya entendimos, cállate primo.

—Sobre eso, estoy probando unas cuantas cosas, para que pueda recuperar sus recuerdos, pero eso lo sabré en cuanto despierte.

—Entonces... si eso funciona... —Murmuró Quackity. —¿Ella recordara todo?

—Así parece.

—Incluso... ¿Recordaría su otra vida?

—Eso lo sabremos cuando despierte.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
H Y P E   B O Y   Where stories live. Discover now