𝟬𝟴 🧤⤸₊ ❝ episodio ocho ❞

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      La noche no podía ser más tensa.  Ada jamás imaginó verse a sí misma peleando contra un hombre lobo (de nuevo) mucho menos sentirse culpable por ello. Pero ahí estaba, formando un arco con su varita e invocando el hechizo Accio sobre un jarrón para que Isaac no la atrapara cerca del las escaleras.

— Esto sería mucho más fácil si no tuviese que pelear contigo.

— Claro, porque el hecho de que yo sea realmente buena en lo que hago no tiene nada que ver. — levantó las cejas provocándolo. — Inmóvilus.

Esta vez, Isaac fué lo suficientemente ágil como para esquivar el encantamiento.

— ¿Decías?

  Ada le hizo una mueca de fastidio y dando la media vuelta tan rápido que no tuvo nada que envidiar de los sentidos sobrenaturales, terminó de subir al segundo piso buscando ganar tiempo de pensar su próximo hechizo en el trayecto del pasillo.

BNo debía ser algo demasiado fuerte, no quería hacer realmente ningún daño. Pero tampoco era tonta, nadie estaba ahí esa noche para jugar. Debía atacarles con la misma moneda, debía mantenerse a su altura.

Ada pensó rápidamente en el hechizo Incendio el cual lograría que su no amigo se alejase. Pero luego recordó que estaban en la cass de Scott y que la madre de este no se merecía que prendiera fuegos mágicos en su corredor.

— Por la Espada de Godric Gryffindor,  me vendría bien haber traído los humos disidientes de la caja de bromas... — murmuró para sí misma, sintiendo que se le acababa el camino.

En efecto, se topó contra la pared.

— Deja de huir, Ada. Acabemos con esto de una vez. — volteó y lo vió aparecer a unos metros, odiaba la seriedad con la que trataban. Entendía, por la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, que los betas tenían que seguir a fe ciega las tareas ordenadas por su superior, el Alfa, en este caso Derek. Así que albergó la pequeña ilusión de que Isaac no estaba tan contento de pelear contra ella como le había parecido asesinar a Lydia. Dos cosas que estaban conectadas, para desgracia de ambos.

De todas formas, se abrazó a esa idea, más cuando este estuvo a pocos pasos de alcanzarla. La bruja mostró una diminuta sonrisa y dijo:

Desmaius. — Trazando una impecable línea en el aire, una luz roja cruzó el espacio que los separaba. Ese hechizo en particular, se lo había enseñado Harry, luego de que Umbridge la castigara una tarde. — Realmente lo siento.

  Caminó encima del cuerpo ahora inconsciente de Isaac cuando oyó a Allison gritar algo sobre el kanima desde alguna las habitaciones.

  Para cuando la bruja llegó, solo encontró a Allison con una sonrisa victoriosa y a Érica en el suelo paralizada.

— Eres mi ídola. — frunció el ceño admirando el aura de seguridad que inspiraba su amiga mientras sostenía el arco. — ¿Y el kanima?

— Debe estar en el techo. — le dijo y luego la señaló. — ¿Todo... Está bien?

— Claro. Les ganamos. — encogió los hombros. — Y sin Scott.

— Por cierto... ¿Dónde está Stiles?

  Las chicas lo encontraron custodiando el baño donde se había encerrado Lydia.

REVOLUTION ⭒ hp & twDove le storie prendono vita. Scoprilo ora