𝟭𝟭 🫀⤸₊ ❝ episodio once ❞

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    Como cada noche, Adalia Potter se enfrentaba a su peor enemigo, su cabeza. El interior de su mente tenía el poder de reconstruir los más vívidos y crueles escenarios ocultos en sus recuerdos.

  Se encontraba en medio de una marea de oscuridad, había eco... Alguien la perseguía.

  Huir era una palabra complicada. Con ella venía una sensación asfixiante que no tenía nada que ver con su agitada respiración por el trote, era algo que iba más allá. Para huir había que luchar contra el miedo que se abraza a tu cuerpo sin intenciones de dejarte ir, así que luchas e intentas ser más fuerte, esperas sobrevivir y nada más.

Corre, Ada, corre...

La voz que despierta en lo más profundo de tu cabeza cuando estás en peligro es una hipócrita. Nunca ha dado señales de estar ahí, te habla cuando las garras del miedo te estrujan la garganta y espera a que le hagas caso.

  En su sueño, Ada tropezó. Al segundo siguiente su cara estaba contra el suelo y una fría corriente le puso los pelos de punta.

El eco saltó a un tono más alto.

Consiguió ponerse de pie pero esta vez no podía moverse. Comenzó a desesperarse, sus pies no reaccionaban.

  Una gélida respiración le acarició la nuca...

  Con el corazón en la garganta, se dió la vuelta lentamente esperando lo peor...

  Sombras. Una masa oscura, deforme se cernía sobre ella. Se sintió minúscula mientras echaba atrás el cuello para encontrar el final de aquella cosa... No tenía.

— Ada... — la llamó, la voz quebrada salió a través de eso.

  Despierta.

  Alzó un dedo, estiró el brazo.

  Quería tocarlo. Sentía curiosidad.

Cuando su piel rozó la nube oscura, la masa emitió un grito aterrador. El alarido la despertó.

— ¡Ada, despierta! — la sacudió Alex.

  El golpe de calor la abrumó de inmediato.

Estaba totalmente sudada. Su respiración era un desastre. Alex le dió un vaso de agua antes de que ella misma se diera cuenta de que tenía sed. No lo soltó, Alex sostuvo el recipiente de cristal entre sus manos y las de la castaña para que el temblor incontrolable de la bruja no le dificultara el trabajo.

— Gracias. — musitó en un susurro casi inexistente.

  Alex no le contestó. Puso el vaso en la encimera cuando terminó. Se inclinó y la abrazó.

— Estoy bien. — Ada intentó tranquilizarla.

— Shh. — la mandó a callar. — Eres muchas cosas, pero no una mentirosa.

— Soy ridículamente patética claro. Ni siquiera puedo dormir bien. — se frotó los ojos frustrada.

— Yo tampoco. — Ada la miró. — A veces ronco, pero no se lo digas a nadie.

Ada soltó una risa tenue, Alex se autofelicitó por haberla hecho reír luego de una pesadilla.

— Vamos, si te pones calcetines y prometes mantener alejados de mi esos pies fríos te dejo dormir conmigo.

  Ada acostumbraba irse a dormir con Harry cuando tenía pesadillas. Era muy detallista de parte de Alex tratarla igual. La chica sonrió de mejor humor pues, realmente, no tenía ganas de estar sola en ese momento.

REVOLUTION ⭒ hp & twWhere stories live. Discover now