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Holaaa

Mil disculpas por desaparecer, es que me gusta hacerme extrañar!!

Les cuento que creo que ya tengo el face claim de Lea para la temporada 2. No sé parece en casi nada a Lea de la temporada 1 pero es a propósito, refleja más que nada su cambio mental.

Solo voy a decir que van a pasar COSAS.

Les comento que una de las cosas que me desmotivo mucho y me quitó mucho las ganas de escribir es el hecho de que siento que la historia no recibe mucho apoyo, pero pensé algo para arreglar esto...

Solo quedan cuatro capítulos para finalizar la temporada 1, por lo que voy a hacer lo siguiente;

Voy a actualizar (publicar el capítulo 17) cuando esté capítulo llegué a los 10 votos, y a los 15 comentarios (no pueden ser solo números o solo letras, debe tener algún sentido)

Si no llega a esa meta voy a actualizar pero más tarde...

Sepan entender que ésto no lo hago con intenciones de presionarlxs ni nada, solo considero que para el tiempo que le invierto mis historias debería tener un poco más de apoyo...

Bueno, con eso me despido!!

Adiós!

Agus🖤

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Lea Hargreeves.

Luego de aquel entrenamiento tuve que enfrentarme a una posible realidad, será un trabajo arduo aprender a controlar mis poderes.

Siempre creí que lo único que necesitaba era alguien informado del tema, y este problema se iría volando. Este entrenamiento fue un gran golpe de realidad.

Tomé mis audífonos, mis cassettes, y los guarde bajo llave en uno de mis cajones. Debía tomarme esto en serio.

Jugué momentáneamente con la liga en mi muñeca, mientras mi mente cambiaba de tema. El tatuaje.

Admito que la idea de tatuarme a pasado un par de veces por mi mente, pero no a esta edad, no ese tatuaje.

Podría jurar que al pensar en ello casi siento la tinta traspasando mi piel.

Continué con mi mirada en el techo hasta que tres golpes en la puerta desviaron mi atención, y me levanté de la cama.

Abrí la puerta, encontrando a Five apoyado en el marco.

— Hola — saludó, enderezandose.

— Hola... — saludé, con una pequeña sonrisa — Pasa — lo invite, apartandome, pero el negó.

— No, vine a buscarte. — fruncí el ceño, y el tomó mi brazo, comenzando a guiarme.

Luego de un par de golpes y tropezones, llegamos a la terraza de la academia.

El tomó asiento, apoyando su espalda contra la baranda de cemento, y me hizo una seña para que haga lo mismo.

— Estás bien? — preguntó.

— Si, supongo... — me encogí de hombros.

— Entrenar los poderes siempre es lo más complicado... — soltó — Klaus dice que lo hiciste muy bien para ser tu primer día...

— Supongo que cree que el bien y el mal es relativo...

— Si, pero no respecto a esto. — aseguro.

— Solo espero que el tiempo simplifique las cosas...

— Así será, la práctica hace al maestro...

— Cierto. — señalé — Espero, entonces, que el tiempo pase más rápido...

— Entonces debes esperar lo contrario...

— Five, te oyes como los viejitos que guían a los protagonistas en las películas y libros — bromeé.

— Pues sería un buen mentor... — dijo con una sonrisa.

— No lo sé, esos suelen ser algo pacíficos...

— No te doy ese perfil? — arrugó su rostro, como un anciano, y reí.

— No — carcajee.

— Buenas plebeyos! — Klaus entro al lugar, y tomó asiento junto a mi — De que me perdí?

— De un vago intento de Five por ser Gandalf.

— Te quieres dejar la barba? — preguntó, intentando irritarlo.

— No por el momento...

— No lo hagas, no creo que vaya de acuerdo a tus facciones — dijo, con una mano en su barbilla.

— Desde cuando sabes sobre esas cosas? — preguntó Five, con cara de que acababa de escuchar la cosa más ridícula.

— Revistas.

[...]

Nunca tuve mis manos tan sudadas cómo ahora.

Acomodé un poco mi habitación, hice mi cama, ordené mis pertenencias, todo para intentar distraerme.

Mire seguidas veces mi reloj, y finalmente abrí la puerta de mi cuarto, cuando el reloj mostró el horario que había estado esperando.

Reginald no quería darle muchas vueltas al asunto, por lo cual el resto debía permanecer en sus habitaciones, pero en cuanto mi puerta rechino todos se asomaron para darme ánimos, yo les mostré una sonrisa forzada, y baje las escaleras.

En el piso de abajo Reginald me esperaba junto a un hombre con barba gris, chaleco de cuero y brazos tatuados.

Me hicieron una seña para que tomara asiento, y así lo hice.

El hombre indicó que extendiera el brazo, y comenzó a sacar su herramientas.

Traté de girar mi cabeza lo antes posible, pero de igual manera alcance a ver las aguas que sacaba de su maletín.

Cerré los ojos y los apreté, rogando que ésto pasará rápido, como las vacunas, pero Reginald se aclaró la garganta para ganar mi atención.

Lo mire con cara de susto, y el se enderezó — No escapes del miedo, mira la aguja haciéndose paso dentro de tu piel y resiste. Se vienen cosas a futuro número ocho, y quiero saber que cuento con tu valentía.

Dí un suspiro profundo e intenté cambiar mi semblante a uno serio, mientras giraba mi cabeza en dirección a la aguja que estaban por introducir en mi piel.

Sentí un dolor punzante en mi brazo y supe que ésto no pasaría rápido.

Una mezcla de dolor, y ardor recorrió mi muñeca.

Vi como la tinta se introducía en mi piel, y apreté los dientes con fuerza, atrapando también un pedazo de mi mejilla, sin embargo no aparté la mirada.

Vi como la tinta se introducía en mi piel, y apreté los dientes con fuerza, atrapando también un pedazo de mi mejilla, sin embargo no aparté la mirada

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Llenando Los Vacíos [Five Hargreeves]Where stories live. Discover now