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Lea Williams.

Un rato más tarde, Ben se fue a su habitación.

La verdad no tengo ni idea que hacen aquí para no aburrirse. No digo que soy míster diversión, de hecho, no lo soy para nada, pero no oigo a ninguno de ellos hacer ruido.

[....]

Junté todas las cosas que quedaban en mi banco, y me acerque al escritorio de la profesora.

Dejé el libro con el que habíamos estado trabajando, y al intentar irme su fría mano envolvió mi muñeca.

- Lea, debemos hablar... - un pequeño temblor recorrió todo mi cuerpo - Eh estado notando que realizas tus deberes mucho antes que el resto...

Suspiré con alivió al saber que no era nada malo.

- Pensaba, que si tus padres están de acuerdo, puedes pasarte a clases avanzadas... - le sonreí ampliamente.

- Claro! - ella me sonrió también, y me extendió una nota, para que mis padres firmen.

- Trae está nota firmada el lunes, ¿okey?

- Claro, no hay problema! - salí del aula felizmente, con la nota en mis manos.

Caminé con mi pesada mochila por las calles de Pensilvania, de camino a mi casa.

Nada ocupaba mi mente además que el pensamiento de que quizás pueda lograr que mis padres estén orgullosos de mí.

Al llegar a mi calle, tomé las llaves de mi bolsillo, y abrí la puerta de mi casa.

Al entrar, en el sillón de la sala de estar se encontraban mis padres. Estaban serios, hasta me atrevería a decir que estaban enojados.

Cómo de un golpe seco mi cara se tornó a una de preocupación, y confusión.

- Por qué tardaste tanto? - preguntó mi madre.

¿De que habla? Solo me quedé hablando unos minutos con mi profesora.

- Es que-

- Es que nada, sabes que no debes llegar tarde, ¿¡sabes cuánto nos preocupamos!?

- Lo lamento es-que - extendí el papel, incapaz de explicarlo yo misma.

Mi papá tomo la nota, y ambos la leyeron.

Miré con entusiasmo, esperando una sonrisa de su parte, una felicitación.

- Ahora le mientes a tus maestros? - habló con enfado mi madre.

- Te copias de tus compañeros?

- Q-que? No! Claro no!

Mi madre hizo un bollito con la nota, y la arrojo a un lado.

- Ve arriba, ya hablaremos sobre que haremos contigo...

- Pero es cierto... - aseguré casi en un susurro - Me va bien en la escuela, la profesora creé que tal vez muy bien...

- Ve arriba.

Baje mi mirada, y caminé hacia las escaleras.

Este tipo de discusiones nunca terminaban bien para mí. Lo aprendí a la mala.

Pellizqué mi brazo asustada, mientras subía los escalones.

Entré a mi habitación, y oculte todo lo que tuviera un valor sentimental para mí. Ésto probablemente se va a poner feo.

[....]

Dejé mi libro a un lado, al escuchar golpes en la puerta.

- Pase

- Em, hola... - saludo tímidamente Vanya.

- Hola! - saludé yo también, levantándome de mi cama.

- Quería ver si estaba todo en orden o necesitas algo...

- Tranquila, todo está en orden - le sonreí.

- Oh, genial... - se acercó nuevamente a la puerta, pero volvió a girarse - Quieres que te ponga al tanto de como son las cosas aquí?

- Claro - ella volvió a acercarse, y pidió permiso para sentarse en mi cama, a lo que accedí.

- Pues... Todos los días debemos levantarnos a las seis para entrenar hasta la hora del almuerzo, luego de comer tenemos clases - explicó - Los entrenamientos varían, pero aún no debes preocuparte por eso...

Por el momento no hago más que asentir, no parece nada del otro mundo.

- Se nos permite salir solo los fines de semana, durante la semana solo salimos si papá lo requiere - hizo un pequeña pausa - Tu libertad depende de tu desempeño tanto en las clases como en los entrenamientos

Espero que me vaya bien en ese caso.

- Cuando escuches una alarma como la de la ambulancia significa que tienen una misión. De todos modos aún no serás parte de ellas, necesitás entrenar primero. Creo que eso es todo.

- Tu no entrenas? - pregunté - Te excluiste en toda la explicación...

- No, no entreno... No tengo poderes...

- Y?

- Papá no lo creé necesario, dice que debo llevar una vida medianamente ordinaria....

- En mi opinión deberías entrenar también, los policías no tienen poderes, y eso no les impide combatir el crimen! - ella sonrió ante ese comentario - Sabes que haremos?

- Que?

- A medida que yo aprenda, te lo enseñaré a ti, ¿Estás de acuerdo?

- En serio!? - preguntó, y asentí - Claro que si! - ella salto sobre mi envolviéndome en un abrazo - Lo siento...

- Tranquila, está bien...

Creo que ya tengo una amiga o hermana. No lo sé, aún es confuso.

 No lo sé, aún es confuso

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Llenando Los Vacíos [Five Hargreeves]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz