Las cartas del General

Segunda carta

Liu Qingge guardo la carta entre uno de sus libros de su estante de oficina y no se olvido de ella, cada vez que miraba el librero recordaba la carta, lo cual le parecia extraño, sin embargo eso termino al pasar los días

Se encargó de sus soldados  y ya no pudo pensar en la carta, tenia mucho de la administración de su subdivision que administrar. Su mala reputación de ser arrogante y muy duro con sus soldados había espantado a los tenientes administrattivos que quisieran ir a su división, y no habia nadie a cargo de la administración ademas de él, solo habia un coronel Mu Qingfan que era encargado de supervisar el entrenamiento mientras se encargaba de los papeles.

Hoy debia ir a hacer un informe general de su división y estaba un poco ansioso veria a Shen Yuan

Dejo indicaciones a Mu Qingfan y fue hacia el gran cuartel, se encontró con algunos colegas. Todos estaban ocupados, él no, habia hecho todo antes de venir y esta mas centrado en buscar con la mirada a Shen Yuan, a quien encontró poco despues.

Para su desgracia se encontraba con Luo Binghe, el desagrado surgió de los mas profundo de sus corazón.

- Oh, General Liu - dijo Shen Yuan - Ha pasado una tiempo.

Shen Yuan se habia acercado a saludar, quizas por educación pero a Liu Qingge el corazon le aflojo un instante, pero se endureció tan rápido al ver la mano de Luo Binghe que traia en la cintura.

Saludo con una expresión helada en el rostro, mirando con mucha atención a Luo Binghe que sonreia con arrogancia a lado del Coronel.

Ah, Liu Qingge se siente muy amargo.

- Por favor disculpeme - dijo y se retiro a tomar agua. Ya en el dispenser tomo un vaso de plástico dispuesto a tomar agua, pero su enojo se desencadenó recordando a Luo Binghe, y sin poder evitarlo rompió el pequeño vaso de plástico en sus manos.

Quiere golpearlo hasta que sangre hasta la muerte en el piso.

Los malos sentimientos hacían un huracán en su corazón y no se pudo quedar bastante, solo tomo la correspondencia de sus division que le habían dicho que llegó y se marchó sin despedirse. Ya de regreso en su oficina empezó a romper todo.

Rompió su silla de madera, arrojo el porta vela y el farol que lo alumbraba por las noches debido a la falta de electricidad que se daba varias veces en la noche y también un vaso de licor que habia tomado la otra noche.

Quizas, preocupado por el ruido su Coronel Mu Qingfan ingresó a su ofina lentantamente para observarlo. Liu Qingge lo vio y quiso golpearlo.

Mu Qingfan tembló al ver su expresion y tragó en seco, maldiciendo haber venido a avisar que había terminado el entrenamiento, puesto que ni bien lo dijo Liu Qingge se levanto y salio dispuesto a dar su entrenamiento "especial"

Ya en la ncohe Liu Qingge ya de mejor humor, regreso a su oficina y abrió la correspondencia.

De nuevo estaba la carta de receptor desconocido, con una sonrisa molesta en el rostro con esa tal persona "Jiang Cheng" que al parecer le costaba escribir a quien pertenecia la carta, la abrió y comenzó a leer.
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                               Martes 24 de Agosto

Hoy hay mucha lluvia, a mi me gusta mucho la lluvia ¿Sabías? Se me hace que es capaz de llevar todas mis preocupaciones y disolverlas en la tierra mojada. Ayer tambien llovió y mientras las enfermeras estaban ocupadas salí al balcón, me costo mucho levantarme de la cama pero ¿Que se le va hacer? Y entonces me quede unos minutos en la lluvia, tenía la esperanza que se llevara todas mis preocupaciones. Se las llevo a la gran mayoría.

Pero hoy desperte con más. Despues de todo, como me repeocharon ayer las enfermeras, este inútil cuerpo no es capaz de aguantar una lluvia, esta muy deteriorado y ademas de mi estupida enfermedad, ahora tengo gripe.

Que estúpido. Liu qingge lo pensó con gracia, no conocia a la persona pero ciertamente lo que había hecho le parecía una estupidez.

Se que lo que hice te puede parecer una estupidez, pero hubieses estado conmigo bajo la lluvia, alivia todos los malos sentimientos. Si estas mal inténtalo, de seguro tú no te enfermaras.

                                           Jiang Cheng
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Liu Qingge leyó dos veces más la carta y miró hacia afuera. No estaba lloviendo y pensó que esta mañana una lluvia le hubiese venido bien