Kim Namjoon es el líder de BTS, lo cual conlleva demasiada presión. Es por esto que decide utilizar el Little Space para sentirse mejor.
Esta vez es momento de que los chicos cuiden de su líder como él los ha cuidado.
Nam había podido entrar en su Little Space con un biberón caliente y mimos de los miembros que automáticamente lo trataron como un pequeño sin que se sintiera del todo así.
Sin embargo, a pesar de que había regresado a una edad no tan bajita Namie no quería hablar. Se había sentado con sus peluches balbuceando y creando una historia.
A veces se paraba a dar vueltas o tarareaba canciones bonitas que se sabía. Hasta que tuvo una pequeña idea.
Al único que se dirigió para llevarla a cabo fue a Jin. Le había susurrado su plan, el mayor había soltado una pequeña risa pero aceptó ayudarlo.
Fue rápidamente cosas que podían ayudar al pequeño a realizar su idea y comenzó a ayudarle.
Tela negra para un trajecito, tela blanca para un segundo trajecito, un sombrero hecho a mano de cartulina y un velo de tela transparente.
Consiguieron florecitas para un ramo. Hicieron un caminito tipo alfombra roja, un altarcito, incluso hicieron una corbata para Mr. Crabs.
Namie hizo a mano con su mejor letra las invitaciones.
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Le llevó a cada miembro una de aquellas invitaciones tan especiales que había hecho reuniendo a todos en el lugar secreto donde realizó todos los preparativos, nadie se había dado cuenta todo lo que preparó junto con Jin hasta ese momento.
Jimin no pudo evitar sonrojarse al ver todo lo que había hecho Namie... En el altarcito solo se veía a aquel cangrejito y a Koya... Por lo que sabía quién faltaba.
Su corazón dio un brinco, ¿realmente... le gustaba Namjoon?
Acomodó a todos al rededor de su creación y se puso en medio sin pisar nada.
— Hodi... Hoy... ¡Es bodita de N... Koya y Chimmy! - chilló con emoción, se sintió un poquito avergonzado porque casi decía su nombre en vez de Koya — Gacias po veni.
Había hecho que Jin pusiera aquella marcha nupcial e hizo que Chimmy caminara por el caminito que había hecho hasta donde estaba Koya.
Paró la música entonces y se dio cuenta que no sabía qué decían las personas que casaban a la gente... Tendría que inventar algo.
Tomó a Mr. Crabs e imitó una voz chistosa para él.
— Hoy Chimmy y Koya quieden ser espositos, po eso tamos aquí así que... ¿Koya quiedes ser esposito de Chimmy? – preguntó fijando su vista al suelo cambió su voz a la suya para contestar — Si quiedo – para esto Namie tenía sus orejitas como tomate — Y... ¿Chimmy quiedes ser esposito de Koya?
Pausó un poquito porque no sabía qué vocesita ponerle a Chimmy pero de repente se escuchó la voz de aquel chico.
— Claro que sí quiero.
Aquello emocionó aún más a Namie, tuvo que aguantarse un grito de emoción porque no era correcto hacerlo en una boda.
Decidió seguir con la vocecita de Mr. Crabs.
— Aoda son espositos — dijo para después hacer que Chimmy y Koya se dieran un besito.
Después de aquello la boda estaba terminada... Así que había dado un brinco hasta los brazos de Jimin, quién con una extraña facilidad lo había recibido.
Namie automáticamente había escondido su rostro que aún seguía muy rojito. Le daba pena que lo vieran así.
— Será mejor que los dejemos o Nam no querrá moverse nunca – bromeó Hobi haciendo que todos comenzaran a salir de aquel lugar.
Una vez solos Jimin decidió decir aquello.
— Muchas gracias por la boda, mi amor. Estuvo muy linda, Mr. Crabs hizo un buen trabajo – dijo para asegurarle al pequeño que todo estaba bien y estuvo bien.
— Namie ama mucho a Mimi – respondió él sin despegarse ni un momento.
Jimin estaba nervioso de decir aquello pero sabía que Nam necesitaba oírlo.
— Y Mimi ama mucho a Namie.
Fue entonces que el pequeño decidió verlo, sonrió y le dio un besito en ambas mejillas, la frente y la nariz tal y como le había enseñado.
Jimin tenía que aprender a confiar que todo saldría bien.
