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El camino al centro de Estambul se condujo en un silencio extraño y pesado para Ethan.

Su mirada iba y venía de vez en cuando al brazo mal vendado de Yusef, quien—para su sorpresa—había mantenido su imperturbabilidad intacta desde que abordaron el bentley.

Pasan otros diez minutos.

Y luego veinte.

Cuando Ethan se da cuenta que pasan por el puente Gálata decide que ha pasado el tiempo suficiente para mantenerse callado y no preguntar.

—¿Assaf te hizo eso? —su voz es tranquila, pero la tensión que muestra Yusef a su lado es tan visible que le hace pensar que el enojo se ha filtrado en el tono de su pregunta. No debió pasar desapercibido.

Ethan lanza una mirada fugaz al chofer que los conduce para comprobar que no muestra interés en la conversación. No lo está.

Pero el omega se siente inseguro y decide subir la cortina eléctrica para más discreción.

Hürrem, en un rut es normal que los alfas actúen así cuando otros están en lo que consideran la zona de su territorio. Es un momento en el que somos vulnerables —la respuesta de Yusef es directa y automática.

—Te ha roto el brazo, Yusef. Incluso si es Assaf...debo protegerte de la misma forma en que tú lo haces.

—Él sufre, hürrem —Ethan entiende que Yusef busca una justificación inexistente para el gama, pero este tipo de daños es algo que no puede soportar—. Senin için acıtıyor [Duele por usted]

—Yo también —Ethan bufa con molestia, con sus ojos ardiendo sobre el alfa—. Me duele, me duele mucho Yusef.

El moreno hace una expresión indescifrable, sus dedos tiemblan y aparta la mirada con pena.

—Yo aceptó la decisión de hürrem. Protegeré a los pequeños amos como es mi deber —la voz del alfa apenas es un susurro—. Pero no podré verlos a los ojos si usted se va y ellos se quedan.

Ethan traga pesadamente, la humedad entre sus cuencas se siente más tangible con cada resistencia que pone. Cuando un sollozo sale de su garganta siente la mano de Yusef sobre la suya. Presente y constante como siempre.
Él no dice nada mientras terminan el recorrido, Ethan tampoco.

Hubiera sido más fácil...



























—Hürrem.

Ethan observa con escepticismo la hilera de alfas en las afueras del edificio una vez llegan y salen del auto. El castaño les observa inclinarse antes de avanzar hacia las puertas de la estructura, jamas se acostumbraría a eso.
Yusef camina tranquilamente junto a él mientras un camino de sombrillas se abre paso ante ellos.

—Es importante mantener sus actividades alejadas de los medios mientras las negociaciones entre las mafias aún siguen frescas. Medidas con detalles que espero no le molesten.

—¿Todo el edificio está vacío? —Ethan lo estudia desde abajo, la luz del Sol lastima sus ojos antes de que pueda descifrar la función de la edificación.

—Si, es solo una construcción fantasma, no es necesario que sepa de los otros pisos. Amir esta en el último —Yusef se detiene cuando las puertas de cristal se cierran tras de ellos. Ethan observa las luces doradas y los muebles elegantes del espacio sin emoción, cuando vuelve la mirada nota que Yusef mira debajo de su pecho. Ethan había estado tocando su estómago sin darse cuenta—.
Tengo presente que ya está acostumbrado al estado agresivo de Amir, pero dada su condición no estoy seguro de cómo reaccione. Aún así, todos las propiedades de los Hasmet son abastecidas de comida y limpieza cada semana, por lo que no habrá necesidad de aumentar sus preocupaciones antes de la inauguración en la galería. He mandado guardias que estarán pendiente día y noche.

Mafia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora