THIRTEEN

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CONMOCIÓN Y DELEITE

CAPÍTULO TRECE: UN FALSO COMIENZO

Siempre habrá solo dos palabras que le vengan a la mente de este autor la mañana después de una buena fiesta, "shock" y "deleite"

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Siempre habrá solo dos palabras que le vengan a la mente de este autor la mañana después de una buena fiesta, "shock" y "deleite". Bueno, querido lector, los relatos escandalosos de la velada de anoche en Vauxhall son realmente impactantes y deliciosos. Miss Calista Bridgerton- La debutante fue vista bailando no una, sino dos veces con el libertino más codiciado e inalcanzable de la temporada, el duque de Hastings.

Suya,

Lady Whistledown.

El calor celestial irradiaba a través de su piel casi transparente, rogando no dejar marcas del sol. La ligera brisa era deliciosa, manteniendo todo fresco en el nuevo clima primaveral que fue bienvenido por todas las edades. La gente se había congregado afuera para disfrutar de un día tan espléndido. Calista se había encontrado en un paseo alrededor de los gloriosos paseos populares con nada menos que Simon Basset.

–Ocho bailes–. Ella le respondió al Duque, sin expresión en su rostro, esperando que él entendiera la indirecta para estar de acuerdo con ella.

–No.

–Ocho bailes–. Repitió, impidiendo que ambos caminaran más. Mientras miraba fijamente a sus ojos, se movió suavemente para proteger a la pareja con su sombrilla.

–Quieres que nuestro plan tenga éxito, ¿no?– Ella cuestionó.

–El propósito de este acuerdo es mantener a raya a las madres de la alta sociedad con mentalidad matrimonial, no arrojarme directamente a la boca del león–. Informó y ella asintió levemente pero no entendiendo.

–El propósito de este arreglo es asegurar que Lord Ramsey se olvide de mí–. Cerró los párpados con fuerza en un intento de calmarse para dejar de despotricar sobre él con Simon.

–Te concederé cuatro–. Él los guió para continuar su caminata, ella aún mantenía la sombrilla sobre la pareja antes de que él se la arrebatara suavemente y solo la protegiera del sol, notó la forma en que se sentía incómoda con las telas con las que se había vestido.

–Seis bailes.

–Cinco.

–Seis. Y debe enviar flores. Hoy. Que sean caras. Si realmente me estuviera cortejando, compraría de todas las florerías de la ciudad–. Ella sonrió cuando él levantó una ceja ante sus exigentes necesidades, no esperaba menos de la señorita Calista Bridgerton y de repente no le importó, no le importaría gastar su dinero en flores sin valor para mantenerla feliz.

–¿Arthur le envió flores?

–Supongo que lo hizo–. Ella tarareó en el pensamiento.

–Si realmente la estuviera cortejando, no necesitaría flores, solo cinco minutos a solas con usted en un salón–. Le susurró en voz baja cerca de su oído y ella jadeó con absoluta sorpresa.

CALISTA - TRADUCCIÓN Where stories live. Discover now