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Capítulo 001

A veces nosotros no elegimos la vida que deseamos, simplemente la tenemos y debemos vivirla.

Cerré los ojos y respiré profundamente. Estoy tratando de no recordar mis primeros días en este lugar, pero mis pensamientos me traicionan:

Las luces de colores cegaron mis ojos. Odiaba -tanto- el tener que subir a esos escenarios. Lo pomposo del vestido sólo ocultaba lo necesario para dejar lo demás en la imaginación.

- No pienso subir - me negué.

El pánico se apodero de mi cuerpo. Mis manos temblaban y se aferraban al borde de una mesa.

- Vamos Evelyne, tu padre nos ordenó que subieras, entiende - Liset, una de la bailarinas, casi suplicaba que subiera.

¡Me niego!

Sacudí mi cabeza de lado a lado negando.

¿En qué estoy metida? ¿A caso no es ilegal que trabaje "aquí" siendo menor de edad?

- Evelyne, sólo serán unos minutos.

Yo mejor que nadie sabía el carácter de Richard, incluso, lo vi "explotar" en una ocasión. No podía permitir que Liset pagara por mi terquedad, ella, al igual que las demás bailarinas necesitaban este trabajo.

Resignada. Solté el borde de la mesa. No es la primera vez que he bailado en público, pero cada vez que salgo a ese maldito escenario me siento del asco.

- ¡Y aquí están las bailarinas de Wonderland!

Luego de anunciar nuestra entrada, la estruendosa música resonó. Las demás chicas salían bailando sonrientes, yo era la última. No había mucho que pudiera hacer, sólo continuar con el show.

Todo pasó muy rápido, -o al menos eso quiero creer-. Los silbidos, las miradas, las carcajadas exageradas y alguno que otro piropo del público llegó a nosotras.

Sentía que en cualquier momento me desmayaría. Liset dijo que, con la cantidad de maquillaje que me echaron y los zapatos altos podría pasar desapercibida, pero con tanta gente borracha a nuestro alrededor -mi apariencia- no importaba mucho.

- Gracias a todo el público. Las chicas de Wonderland se despiden hasta la próxima.

Ese fue el final.

Ni bien llegué al detrás de escenas corrí hasta el baño. Unas intensas ganas de vomitar llegaron a mi sistema.

¡Estoy harta!

Mi cabeza duele, al igual que mi estómago. Pero más dolía mi dignidad.

Sin duda era un sentimiento amargo, eso fue hace 5 años, pero hay cosas que son difíciles de olvidar.

Pueden que esos recuerdos resulten sencillos o -incluso- graciosos, pero eso se debe a que -ahora- sólo es un recuerdo. He tratado de ignorar esa parte de mi vida para poder seguir viviendo.

- ¿No piensas hacer tu siguiente jugada? - la grave voz del señor Benz, un cliente VIP del casino, consiguió llamar mi atención.

Fue después de dos años de trabajar como bailarina cuando descubrí que tenía habilidades en el póker. Después de eso, Richard se enteró y me cambio de trabajo. Ahora me dedico a competir en las mesas de apuestas. No es algo de mi total agrado pero es mejor que bailar con escasa ropa.

- Sólo estoy pensando mi siguiente jugada, señor Benz, algo que usted no hace con regularidad - sonreí burlona.

- Eso es cierto - río el señor Stuart, otro de los clientes VIP.

Swindler || h.sWhere stories live. Discover now