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Terminamos de cenar, me limpio con la servilleta y él se pone de pie.

—Voy a por el postre.
—¿Qué hay? —pregunto curiosa.
—Ya lo verás —sonríe— seguro te gusta.

Coge ambos platos, junto a los cubiertos, y se va hacia la cocina. Aprovecho y saco el teléfono, viendo varios mensajes de mi mejor amiga.

Cata
Tía, me aburro un poco.
¿Salimos de fiesta?

Me gustaría ir con ella, pero Reborn se ha adelantado y no quiero dejarle tirado ahora. Niego levemente y respondo su mensaje.

Scarlett
Lo siento Cata, es que he llegado
muy cansada del trabajo 😥

Cata
Me lo imaginaba, no te preocupes.
Pero mañana vamos eh.

Scarlett
Eso sí 😉

Cata
¡Eso es!

Sonrío, dejo el teléfono a un lado y llega Renato, con dos cuencos en su mano. Se sienta y me mira.

—¿El novio te ha escrito?
—¿Qué? No —lo miro y río— era Cata, quería que salieramos de fiesta.
—Oh —sonríe— ve con ella.
—No, no me apetece realmente.

Cojo la cuchara y me fijo en que de postre hay helado de turrón. Le vuelvo a mirar, sonrío y como. Él imita mi acción.

—Enserio, puedes irte con ella. Terminas el helado y os vais, sois jóvenes y es normal que queráis salir a bailar.
—No te preocupes, ya hemos quedado para ir mañana. Aprovecharé que este finde lo tengo libre.
—Bueno libre...te recuerdo que el martes tenemos examen eh.
—Ay no, no me recuerdes cosas de clase.

Él suelta una carcajada y niega. Se pone de pie, se acerca a mí y pone sus brazos en mis hombros, para luego bajar la cabeza hasta mi altura y hablarme a la oreja.

—Quizás pueda hacerte olvidar las cosas de clase, por un rato al menos.
—¿Ah sí, cómo?

Nos miramos fijamente, pasa la lengua por sus labios y noto como mi estómago se transforma en un mariposario. Se acerca lentamente, se para a escasos milímetros, sonríe, pone su mano en mi mejilla y me besa lentamente. Pongo mi mano en su nuca y lo acerco más a mí. Profundizamos un poco más el beso, me pongo de pie y él me lleva hasta el sofá. Se sienta, me pone encima suya y continúa besándome, pasando sus manos por mi espalda.

Separamos los labios al rato, nos miramos fijamente y sonríe, con su mano izquierda pone un mechón rebelde detrás de mi oreja.

—Espero que haya surgido efecto.
—¿Efecto? ¿Para olvidar el qué? —reímos.
—Ya veo que sí.

Vuelve a mis labios, a los que siento que se está haciendo adicto y fija sus oscuros orbes en los míos, con una leve sonrisa.

—Tienes algo que me provoca no querer soltarte, ¿qué me has hecho? —dice susurrando.

Lo abrazo y me escondo en su cuello, él ríe y me envuelve. Pasa su dedo por mi espalda, haciendo pequeños dibujos que no logro adivinar que son.

Comienza a sonar mi teléfono, me levanto confundida y voy hasta la mesa, donde lo dejé. Es del Hospital. Mierda. Cojo rápidamente la llamada.

Scarlett: Yes?
Hospital: Scarlett, soy Carlos, te llamaba para informarte sobre la salud de tu padre.
Scarlett: ¿Cómo está?
Hospital: Pues...ojalá darte buenas noticias pero no exactamente. Tu padre ha sufrido paradas cardíacas de manera más recurrente. Su salud está empeorando. Los médicos están indecisos sobre si darte ya la opción de desconectarlo o no.
Scarlett: N-no por favor...

Me tiemblan las piernas, así que me siento en el sofá. Renato me mira con preocupación, muy confuso.

Hospital: En principio van a continuar haciendo lo imposible por él, Scarlett, pero lo ven tan difícil...
Scarlett: Por favor, haced todo lo posible. Si es por el tema de dinero, enviaré más. No tengo problema.
Hospital: No es por el dinero realmente, ellos están haciendo todo lo que pueden y más por verle despertar lo antes posible, pero hay cosas que aún se escapan de las manos de la medicina.
Scarlett: Carlos, por favor diles que hagan todo por él. Que si es necesario, mandaré más dinero para ello. Quiero que reciba lo mejor.
Hospital: Lo comunicaré, pero no sé cuales serán sus respuestas. Posiblemente en una semana te llame por si hay nuevas noticias. Que tengas un buen día, Scarlett. Sé fuerte.
Scarlett: Gracias...igualmente.

Cuelgo, dejo el teléfono en la mesita y noto como poco a poco todo mi ánimo se viene abajo. Las lágrimas se escapan sin parar, Reborn me abraza rápidamente y apoyo mi cabeza en su pecho. Acaricia mi cabello y se mantiene en silencio.

Un rato después, no sé exactamente cuanto, mis sollozos van disminuyendo, así que levanto la cabeza y los ojos achinados de Reborn me observan, con preocupación.

—¿Qué ha pasado? Si quieres, y te sientes cómoda, cuéntame e intento animarte.
—Me han llamado del hospital...mi padre ha tenido más paradas cardíacas y están planteándose darme ya la opción de desconectarlo.
—Dios, lo siento muchísimo Scarlett.

Me abraza de nuevo, rodeándome completamente con sus brazos.

—No sé exactamente por el dolor que estás pasando, pero quiero que sepas que no estás sola.
—Si él se va...si estaré sola.
—Aunque él se fuese y no estuviese de forma corpórea, siempre estará contigo.

Simplemente le abrazo más fuerte e intento mantener la mente en blanco. No quiero pensar en el tema, no más de lo debido. El sólo imaginar que no lo pueda ver más, que no lo escucharé ni daré un abrazo...me aterra.

Saber esta noticia ha hecho que mi Estado de ánimo decaiga completamente, y que sólo quiera estar en mi habitación encerrada.

¿Por qué a él?

Nessuno può sapere  [PAUSADA]Where stories live. Discover now