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Tras la muerte de Darius Zackly, todas las fuerzas armadas y el gobierno estaba como loco. Mientras unos intentaban atrapar al o a los asesinos de Zackly, otros buscaban desesperados el paradero del fugitivo Eren Jeager.
Todo era un completo caos, y desgraciadamente TN estaba envuelta en ello. Si por ella fuera, se habría apartado de todo, dejando que la soledad fuera su única compañera, esperando a que el tiempo lo cure todo, incluso a ella. Que el tiempo sane todas sus heridas. Que el viento se lleve y desaparezca sus problemas e inquietudes, o incluso a ella.
Pero por más que quisiera eso, estaba en la obligación de servirle a su comandante, a la legión y a sus ¿amigos?... ¿familia? En realidad no sabía cómo llamarlos ya. Moralmente tenía que seguir con ellos, después de todo la volvieron a acoger, sin culparla ni cuestionarla. La comprendieron y la perdonaron.
De su cabeza no se borrada esa dolorosa imagen. Repitiéndose una y otra vez, torturándose y ahogándose en ese sentimiento de angustia, ira, frustración y tristeza. Sintiéndose una completa mentirosa, porque eso era.
¿Lo merecía?
¿Merecía sentirse como el ser más odioso y repugnante que haya pisado el mundo?
Ella tan solo quería ser feliz. Y lo fue por un periodo más o menos largos, pero gracias a ello arrastró a su mentira al amor de su vida y le hizo daño.
-¿Crees que Niccolo quiera cooperar?
Toda su atención se enfocó en el castaño que le susurraba con discreción.
-Espero que si-contestó-Ahora que Sasha no está querrá hacer todo lo posible para ayudar.
Esperaron unos pocos minutos a que Niccolo se desocupara. El rubio apareció ajetreado.
-Ah, son ustedes...-suspiró- ¿A que vinieron? Estoy ocupado atendiendo a unos invitados.-señalo a sus espaldas, donde a unos pocos pasillos, la familia Blouse compartía de una rica comida.
-Puedes volver al trabajo-dijo Hange intentando amenizar el tenso ambiente, levantando ambas manos en son de paz-Pero queremos hablar contigo más tarde
-¿Sobre qué?-cuestionó aun manteniéndose serio
-Ya sabes..., seguro que te preocupa algo...
-Del arresto de los voluntarios-interrumpió Onyankopon a la comandante-Ayúdanos a investigar-exigió con firmeza
La mirada retadora de Niccolo pasó por cada miembro, deteniéndose en la azabache que se mantenía a un lado de Jean. TN notó como el rubio tragaba en seco al conectar su mirada con la suya. Y TN se sintió terrible. Se sentía juzgada, incluso por Niccolo. Se hacía una idea de lo que estaba pensando de ella.
