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Aventura nocturna

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Despertó de golpe tras aquel repentino recuerdo

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Despertó de golpe tras aquel repentino recuerdo.

Era extraño el hecho de recordar justo en esos momentos su niñez, que, comparada con cualquier otro niño de Marley, fue feliz. Pero no se sentía triste, todo lo contrario. Era un sentimiento lindo, hacia mucho que experimentaba algo así.

Miró el reloj de mano que descansaba sobre la mesita de noche a un lado de su cama, eran las 4:28 am.

Su mente no tardó en reproducir el rostro sonriente de la dulce ancianita que la crio por 14 años. A pesar de que ya había pasado mucho tiempo, la viva imagen de la persona a la que ella llamaba Nana no se borraba.

Sonrió a medias y rápidamente se vistió con un pantalón color negro y una chaqueta del mismo color. Se puso sus botas, tomó una linterna vieja y con sigilo, fue caminando por los pasillos de los dormitorios, donde los guerreros dormían arrullados en los brazos de Morfeo.

Gracias a su peso, el viejo piso de madera rechinaba. Parecían lamentos. A pesar del sumo cuidado que tuvo; fue inútil, cierto guerrero escuchó pasos fuera de su habitación y le fue imposible ignóralos.

-¿Sabes qué hora es?-preguntó un somnoliento Porco asomándose por el marco de la entrada de uno de los tantos pasillos. Y ya vestido, no con su uniforme habitual, sino que, con una chaqueta holgada y con capucha negra y una bermuda azul marino.

-¿Y entonces que haces despierto?-atacó victoriosa, encarándolo con las manos pasadas en su cintura

-¿A dónde vas?-preguntó ignorando el comentario de la joven

-Eh..., tengo que distraerme- contestó aunque más bien sonó como pregunta

-Es peligroso que salgas a esta hora- comentó Galliard- No puedo permitir que vallas sola

-¿Qué puede pasarme?-rodó sus ojos por la exageración del rubio- Si tanto te preocupa entonces acompáñame-sugirió sin saber que Porco iba a mencionarlo.

-Espero que me devuelvas el favor- y eso es como un "si" en el idioma de Porco Galliard

La azabache sonrió y asintió. Comenzó a caminar, con el poseedor del mandíbula siguiéndola por detrás por los estrechos pasillos. Hasta que llegaron a la puerta principal de los dormitorios

-¿Me dirás a dónde vamos?-preguntó Porco para romper el silencio

-Ya lo veras...-musitó ella con toques de misterio en su voz. – Por cierto ¿Por qué tienes tan temprano tu uniforme?

-Dormí con él-respondió con simpleza

TN tan solo se limitó a asentir.

Caminaron por, no más de 5 minutos, entre las silenciosas calles de la vieja Marley. Tan solo se escuchaban los sincronizados pasos de ambos compañeros, el escaso canto de los grillos y, a lo lejos, el oleaje alborotado, chochando contra las rocas cercanas al muelle.

𝕿𝖗𝖆𝖎𝖉𝖔𝖗𝖆 ᵖᵒʳᶜᵒ ᵍᵃˡˡⁱᵃʳᵈ ʸ ᵗⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora