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Viejo hogar

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-Pronto terminaremos-sonrió orgullosa la azabache mirando la pared limpia y libre de telarañas y pintura oxidada.

TN, Reiner, Porco y Pieck estaban trabajando duro por restaurar aquella casona.

-Aun no puedo creer que te cedieran esta casa-comentó Reiner con una enorme sonrisa mientras retiraba la última tabla que cubría una de las tantas ventanas.

-Lo que yo no puedo creer es que estés aquí, estorbando

-Te escuché- dijo TN mirándolo mal a Porco- Y si, bueno, la casa me pertenece por derecho, me fue heredada por la antigua dueña, mi nana-recordó melancólica

-Ah...creo que la recuerdo, era buena amiga de mi madre-explicó Reiner en un suspiro

-Eso es estupendo-comentó Porco al sentirse un poco excluido de la conversación.

-¡TN-san! Esta casa es enorme-exclamó una entusiasmada Gabi

-Espera, Gabi, no es correcto que recorras una casa que no es tuya-reprochó el tierno rubio, Falco

-Está bien-negó TN restándole importancia, después de todo son niños, su curiosidad es más grande que el océano- Solo tengan cuidado, no se lastimen-acarició con cariño la cabeza de Falco. Después ambos infantes comenzaron de nuevo su pequeña aventura.

-TN, se nota que serás una buena madre-comentó Pieck-¿Nunca has pensado en el matrimonio?

-Yo...-bajó la mirada apenada buscando una buena respuesta. Miró con disimulo a Porco, y valla sorpresa que se llevó al notar que él también la miraba-En algún momento tiene que pasar, ya llegará el día-contestó finalmente

-¿Habrá alguna celebración?-cambió de tema Reiner, salvando inconscientemente a TN de una burbuja de incomodidad.

-¿Celebración?-repitió confundida- ¿Por qué celebración?

-No siempre tienes la dicha de poseer una nueva casa-contestó Pieck Finger tomando una brocha para después sumergirla en pintura

-Tienes razón-concordó TN- Cuando terminemos me esforzare en hacer una pequeña celebración, y por supuesto estarán invitados...

Continuaron con su trabajo, sumergidos en un extraño e incómodo silencio. La tensión se sentía y apretaba en el lugar. No solo por las constantes miradas de odio que Porco y Reiner se dedicaban, sino que también por los murmullos e indirectas que Galliard decía cada dos por tres.

 No solo por las constantes miradas de odio que Porco y Reiner se dedicaban, sino que también por los murmullos e indirectas que Galliard decía cada dos por tres

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𝕿𝖗𝖆𝖎𝖉𝖔𝖗𝖆 ᵖᵒʳᶜᵒ ᵍᵃˡˡⁱᵃʳᵈ ʸ ᵗⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora