Cuatro.

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—¿D-de qué estás hablando, Mido-bro? —intentaba disimular el de cabellos rojizos.— N-no pasa nada, todo está... genial.

La última palabra que mencionó el pelirrojo sin duda fue la gota que terminó de derramar el vaso de Izuku.

Se restregó la cara, sin ocultar lo frustrado que estaba.

—¿Me dirán por fin que está sucediendo? ¿O seguiran actuando como unos imbéciles?

Kirishima miró hacia abajo, suspirando profundamente mientras que Denki, jugando con sus manos, solo miraba atónito a Izuku y a la chica a su lado.

El peliverde miró una vez más a sus amigos, harto del teatro que estaban haciendo.

—Bien... —dijo estresado, rodando los ojos.— Si nadie quiere decirme lo que está pasando, entonces yo mismo iré a averiguarlo.

El peliverde comenzó a subir las escaleras, mientras que la rubia chica a su lado intentaba seguirle el paso. Rápidamente un grito logró que ambos se detuvieran en sus puestos.

—¡Espera!

La voz de Sero los detuvo, restregando su frente.

Ambos se miraron entre sí, bajando de las escaleras hasta conseguir estar al frente del pelinegro.

—Izuku, si vas a subir, debes hacerlo tú solo.

La voz de Sero le provocó escalofríos a Izuku, y sin saber por qué, se sintió inclinado a aceptar su pedido sin siquiera preguntar al respecto. Aún así, la mirada confundida de Melissa lo sacó de su trance.

—Disculpa, pero... Melissa quiere ir conmigo.  —Izuku habló, suspirando, viendo cómo la chica sujetaba su brazo instintivamente.

Sero solo miró a los demás, quienes compartieron miradas indescribables y luego apartaron la mirada. Respirando hondo, Sero solo pudo acercarse a Izuku un poco más, preparándose mentalmente para lo que vendría.

—Es sobre Katsuki.

El simple hecho de la mención del cenizo hizo que Izuku abriera los ojos como platos, sintió que su pecho comenzaba a inflarse y a desinflarse cada vez más rápido y constantemente. Como pudo, solo miró al pelinegro delante de él.

—¿Q-qué sucedió? —sin poder ocultar su asombro y sus nervios, recibió una mirada curiosa de la rubia a su lado.

Todos comenzaron a rascar sus cabezas, suspirando hondo, evitando los orbes esmeraldas que volvieron a brillar luego de la mención del ojicarmín.

—Creo que... deberías ir a verlo, Izuku.

Está vez hablo Kirishima, mirándolo mientras rascaba uno de sus brazos, nervioso.

El peliverde solo suspiró, mirando al chico frente a él con sus ojos inundados de preocupación. Sabía que él nerviosismo y las reacciones de parte de sus amigos no era normal, así que decidió volverse hacia Melissa y suspirar, sujetando sus manos.

—Mel, iré a ver a alguien, ¿si? —habló con delicadeza, asintiendo.— No tardaré mucho, lo prometo.

La chica solo ladeó la cabeza curiosa y preocupada, viéndolo fijamente.

—¿Estás seguro que quieres ir solo?

La dulce voz de la chica penetró los oídos de Izuku, al mismo tiempo que sus calidad y suaves manos acariciando su rostro, dándole una sonrisa tierna.

Izuku no pudo hacer más que asentir, tragando saliva duramente.

—Es algo que debí hacer yo solo, Mel...

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⏰ Last updated: Oct 16, 2023 ⏰

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