Capítulo 08. Cena familiar.

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KiBum parpadeo lento, extrañado y más que confundido por la actitud del hombre que tenía a su lado. Su personalidad y la de su hermano eran muy diferentes, no se parecían en nada. Eran similares en el físico, pero en cuanto carácter, la cosa era pero muy distinta por lo que veía.

JongDae, siempre se había mostrado como un hombre recio, duro, a veces frío, responsable y educado. Pero en el poco tiempo que llevaba con JongHyun, se había percatado de que este era más amable, menos frío y más alegre. Que no le preocupaba decir lo que pensaba y siempre tenía una sonrisa dibujada en el rostro.

—Eres muy confianzudo.

—Me lo dicen muy seguido— Jjong sonrió de lado —Pero sólo lo soy con aquellos que me interesan. Con las personas que me gustan o me llaman la atención— sentenció.

El menor se tenso considerablemente y miró al castaño con una ceja en arcada: —¿Eso qué se supone que quiere decir?

—Que me gustas...— JongHyun volvió a sonreír sin mostrarse ni un poco avergonzado por su confesión —Simple y sencillo. Creo que es fácil de entender.

—¿Qué cosa?— KiBum jadeo, tal confesión lo había tomado bastante desprevenido, de la nada comenzó a reír fuerte, como si hubiera oído el mejor de los chistes jamás contados en el mundo —Que buena broma.

—No es broma...— el mayor frunció el ceño y borró toda sonrisa de su rostro, observándole seriamente al sentir que su confesión no estaba siendo tomada en serio —Hablo totalmente en serio. Sino me gustarás, no habría dormido contigo esa noche.

El castaño negó con la cabeza y poco a poco, su gran sonrisa se convirtió en una de nervios y pánico total. Debía de estar ebrio porque solamente en sus ilusiones algo así podría pasar.

Definitivamente.

¿Kim JongHyun gustar de él? ¡Hay por favor! ¿Qué más seguía? ¿Vacas volando? ¿Leones herbívoros? Como no, seguro solamente era algún tipo de cosa retorcida sobre JongHyun haciendo enfadar a su hermano. Después de todo, hasta donde recordaba, esos dos no se llevaban muy bien.

—Me voy a casa. Buenas noches Kim...— sentencio, sacando un par de billetes de su cartera, mismos que dejó sobar la barra. No podía creerlo. Sólo a él le pasaban ese tipo de cosas.

JongHyun le siguió con la mirada, pagó su bebida y rápidamente alcanzó al menor, colocándose a su lado mientras cruzaban el local.

—¿Me estás rechazando?— preguntó, batallando por mantenerse cerca de KiBum y no perderse entre los cuerpos que se movían en la pista de baile del lugar en donde estaban.

KiBum negó con la cabeza, sonriendo con ironía, ¿por qué tenía un karma tan cruel? ¿Es qué alguien allá arriba disfrutaba de verlo sufrir?

¡Kim JongHyun el hermano mayor de su ex!

Su ánimo decayó cuando recordó que en realidad, nunca le había puesto etiqueta a la relación que tenía con Dae.

¿Qué era JongDae de él? Nunca habían tenido una relación de "pareja" común, de hecho, por mucho tiempo no había sido más que el "otro". El amante y dolía, dolía cada vez que lo recordaba, pero así había sido.

Esa era la realidad. Ni siquiera JinRi, la hija de Dae, había sabido la verdad. Para ella siempre había sido el compañero de clases de su papá, nada más que eso.

—¡Kim KiBum!

—¿¡Qué quieres!?— le gritó el nombrado, parándose de golpe una vez que estuvo afuera y la brisa choco contra la piel de sus brazos. La frustración corría por sus venas.

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