Capítulo 03. La familia de mi novio.

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—¡MinHo! Cariño pero, ¿qué haces ahí? Anda ven y siéntate con tu madre, no te quedes ahí sólo mirándome. Me haces sentir rara.

El nombrado, sonrió, ingresó a la sala y tomó asiento junto a la mujer de cabellos negros y ojos fríos, -los mismos, que sus cuatro hijos le  habían heredado-, quien parecía leer algo en verdad sumamente importante por la forma, en que veía los papeles que sostenía entre las manos.

—¿Estás muy ocupada mamá?— le cuestionó.

—No. Sólo estaba descansado— HyuNa sonrió —¿Por qué, es que ocurre algo?— indago con ese tono maternal, que solamente usaba con el menor de sus hijos, dejando de lado lo que hacía para prestarle toda su atención al moreno.

—Algo, así...— MinHo suspiró —Hay algo que debes de saber. Es importante. Quería hablar de esto contigo hace tiempo, pero tampoco se me daba la gana adelantarme a las cosas. Ya que, todo ha salido como deseaba, pensé que era el momento idóneo para contarte sobre el plan que tengo en mente para mi futuro— se explicó.

—De acuerdo— la fémina asintió curiosa y un poco preocupada. Desde hacía varios años su hijo era un tanto cerrado con su vida privada, por lo que sabía de ante mano, que lo que iba a escuchar era muy importante —Te escuchó.

—Llevó saliendo con alguien desde hace seis meses…— MinHo, expuso, sin medir palabra, después de todo sabía que no había forma de dar esa noticia de manera un tanto, «suave» o algo por el estilo —Quiero que sepas que está, es una relación, totalmente sería, formal y de compromiso a largo plazo.

La mayor, abrió los ojos con total sorpresa y boqueo, sin saber muy bien que decir, hacer y sobre todo como actuar. Estaba en shock y aún más preocupada, por lo que la situación podía representar en la vida de su hijo.

Estaba asustada. En esos últimos tres años, había dado por hecho que MinHo no estaba interesado en las citas. Claro, por lo visto, no había sido así y ahora, el miedo de ver al menor de sus hijos sufrir otra vez, verlo llorar sin parar por noches enteras o descontrolarse y perderse asimismo, estaba nuevamente en su sistema.

Ya había sido testigo del daño que MinHo había recibido por culpa del «innombrable», y no quería que la historia se repitiera. No deseaba ver a su hijo nuevamente maltrecho y roto por una persona que no valía la pena.

—Disculpa, cariño— la mujer se tomó su tiempo para respirar y formular su siguiente pregunta —¿Cómo has dicho? ¿Qué estás, que?

—Saliendo con alguien. Verás, él es muy buen chico, es educado, muy lindo, amable. Terco, mucho. También es testarudo y obstinado en gran medida, pero de verdad inteligente, y lo más importante es que él me hace sentir todas esas cosas que creí, nunca sentir otra vez, por nadie más.

HyuNa tragó en seco, sintiendo nacer un creciente dolor en su nuca, producto del impacto «emocional» que acababa de recibir. No quería, ni debía, ponerse a la defensiva sin antes saber más sobre la persona que había hecho a su hijo menor, el arriesgarse otra vez con una relación, pero era inevitable para ella. Como madre, estaba conflictuada, pero a la vez, emocionada.

No sabía cómo poner en palabras todo lo que estaba experimentado en ese mismo instante.

—¿Cuál es su nombre?— preguntó, tratando de guardar la calma tanto como le era posible. Tomando todo con tranquilidad y paciencia, pues lo que menos quería era alterarse y por ende alterar a MinHo sin necesidad alguna.

—Lee TaeMin.

—Mmm de acuerdo— HyuNa suspiró tratando de pensar con claridad, de buscar las palabras adecuadas y manejar toda la situación de forma tranquila —¿En dónde lo conociste?

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