66⛥The Investigation

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-¿Amigos? ¿Segura de que estarás bien?

Suspiré, mordiendo el interior de mis mejillas para controlar mi lengua traicionera.

-Sí, abuela. Llevo tiempo sin verlos y queremos ponernos al día. Hablamos mañana, ¿de acuerdo?

Hubo varios segundos en silencio por su parte y tras escuchar un suspiro tembloroso, colgó.

Elevé las cejas, sorprendida. Mi abuela nunca antes me había colgado. Dejé caer el teléfono al suelo para después tapar mi rostro con mis manos. De fondo escuchaba a Richard mover hojas y murmurar cosas para sí mismo.

-¿Has encontrado algo?- murmuré sin abrir los ojos.

-Lo más cercano a lo que queremos conseguir es una... una especie de pócima que recita. Tomar antes de dormir y recitar unas palabras a los oscuros espíritus para que éstos te rebelen lo que deseas saber.

Lentamente me volví a incorporar.

-Eso no está nada mal.

Asintió, concordando conmigo.

-Lo dejaré aquí junto a otras optativas. ¿Puedo traer el grimorio?

Sentada en el suelo asentí.

Hice a un lado las hojas en frente de mí para hacer sitio al libro. Una vez que Richard estuvo de nuevo a mi lado ambos miramos en silencio las páginas antiguas de éste. Con cuidado fui pasando una a una, con la mirada perdida. En nuestras manos se encontraba uno de los libros más importantes del siglo diecisiete. Aún no habíamos llegado al apartado de los ángeles pero mi curiosidad se había hecho presente momentos antes, haciéndome dar cuenta de las pocas páginas que estaban dedicadas a los ángeles en comparación con las de los demonios.

-No tenía idea alguna de cuán extenso era el diccionario de los demonios...- murmuró Richard, mirando atentamente las páginas que pasaba.- Pero e de decir que las partes que abarca son realmente aterradoras pero aún así a lo largo de la historia se han peleado y matado para leerlo y descifrarlo. La preparación del alma, la magia de Armadel, la circuncisión de Jesús, la sabiduría de Salomón, la de Adán, la naturaleza de los demonios...

Tuvo que cesar de hablar para después llevar sus manos a su cabeza.

Comprendía su emoción. Pero desde que empezamos con el plan ésta mañana podía asegurar que era más preocupación que emoción lo que cruzaba su rostro.

-Habría que aislarse durante meses para poder comprender y descifrar algunas de sus páginas...- susurré, acariciando con suavidad el borde de una hoja.

-¿Has encontrado algo que tenga que ver contigo?- preguntó, dejándose caer de espaldas.

Negué.

-Lo más parecido que e leído hasta ahora es sobre los infernales y su oscura energía.

-Nada que no sepamos ya.

Mis dedos siguieron vagando por cada página, increíblemente atraída por la sabiduría manifestada en éstas.

El baile de las brujas, cómo no hacer un pacto con el demonio, las lágrimas de la virgen María, los pecados de Belial, demonios femeninos, el infernal reino celestial, la hermana de... ¿Lucifer?

No fue el título el que atrajo mi atención, sino el primer nombre escrito.

Aradia.

La tristeza al recordar su traición quiso apoderarse de mí pero la retuve a tiempo, cerrando los ojos con fuerza. Era descrita en el libro como un ser primordial. Mezcla de ángel y demonio, sin inclinación concreta. Era hija al parecer de una mujer llamada Diana, quien instruyó a su hija con las más poderosas enseñanzas de la brujería. Por eso es considerada la primera bruja de la historia, con un poder inigualable.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Where stories live. Discover now