Tiempos violentos

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Ambas muchachas subieron a su habitación para alistarse e ir a la playa. Adora seguía cabizbaja por lo ocurrido en el desayuno, en verdad, no tenía una certeza real sobre cómo sentirse, además, estaba perdiendo un poco los estribos porque llevaba por lo menos 10 minutos lista y Catra acababa de meterse al baño, así que le avisó que tomaría su computador para anotar unas breves ideas para el siguiente reportaje, eso le ayudaría también a distraerse.

- Se supone que es nuestro día libre, rubia. - dijo Catra asomando la cabeza.

- Solo quiero anotar unas cosas y tú tienes la siguiente versión, te dije que hiciéramos un drive. - Contestó Adora semi molesta.

- Esta bien, hazlo mientras me alisto.

Adora tomó el notebook de Catra, de tanto trabajar juntas ya se sabía el pin, y lo primero que vio al desbloquear la pantalla fue un blog en internet titulado "Cómo reconocer mis sentimientos", se sorprendió y no pudo evitar ojear velozmente la página web. Había consejos para reconocer rabia, angustia, tristeza, emoción, y el que más llamó la atención de Adora: amor. Esos tres temas estaban marcados en un tono más oscuro de azul, lo que quería decir que Catra había estado leyendo sobre esos. 

Adora sintió la puerta del baño abrirse y rápidamente cerró todas las pestañas y bajó la pantalla del computador... no quería que la morena la descubriera husmeando. Subió los ojos hacia la Catra y la vio lucir un lindo bikini color burdeo, y no pudo evitar notar la piel que Catra casi nunca expone. Lo disfrutó y se odió por eso... se odió porque cada vez se sentía más cerca de la morena, pero con esa cercanía también se daba cuenta de que había una distancia innegable entre sus sentimientos y los principios de Catra.

El ánimo de la rubia comenzaba a verse afectado. Más de una semana junto a la mujer que le robaba el suspiro, en una isla paradisíaca, compartiendo viajes en auto, desayunos y habitación, conversaciones, amaneceres y atardeceres... debería sentirse emocionada, pero tenía ganas de meter en una pequeña caja todos esos sentimientos que no paraban de crecer y crecer y crecer. Incluso intentó recurrir a los momentos en que Catra había sido grosera con ella, pero incluso en esos momentos, la rubia solo podía perderse en los diversos tonos que conformaban los ojos de Catra o en el número de pecas que salpicaban su nariz, la que siempre arrugaba cuando algo le molestaba. Estaba completamente perdida, y un poco aburrida de estarlo, molesta consigo misma por no poder evitarla. Enojada con la vida por estar al lado de Catra y que esta fuese inalcanzable.

A Catra, por su parte, el repentino cambio de humor de Adora no le fue indiferente. Desde el momento en que pusieron sus mantas en la arena notó que la disposición de Adora para con ella no era la misma que en el desayuno; se preguntó si tendría algo que ver con el invento de que eran novias. "Realmente desearía volver el tiempo atrás y retractarme de decir esa estupidez, quizás Adora no estaría molesta conmigo". Estaba a punto de hablarle para romper el hielo, pero lo único que se rompió fue la arena, al recibir los pies de Adora corriendo hacia el mar, mientras los ojos de la morena se posaban de manera inusual en los muslos de la rubia.

Tiempo después, Adora volvió del agua, con su cabello goteando e intentando apartar la mirada de Catra, esforzándose para poner algún tipo de límite.

- ¿Estaba buena el agua?

- Ajám.

- A mí no me gusta mucho nadar en el mar.

- Mmm...

- Que a mí...

- Sí te oí.

- ¿Ocurre algo, Adora?

- No que yo sepa.

De la nada, Catra sintió una gran rabia. Pero no estaba dispuesta a soportar otro de los dolores de cabeza que le provocaba "volver en el tiempo" cada vez que era hiriente con Adora, o lo que sea. Así que solo dijo: - Me gusta más tu voz cuando dice más que monosílabos.

Tempus Fugit - Catradora AUWhere stories live. Discover now