𝗚𝗶𝗿𝗹 𝗼𝗿 𝗕𝗼𝘆? «𝗦𝘁𝗲𝗱𝗱𝗶𝗲» [𝗺-𝗽𝗿𝗲𝗴]

๑ ᴛʀɪᴄᴋ ᴏʀ ᴛʀᴇᴀᴛ / ᴇxᴛʀᴀ ๑

En la casa Harrington - Munson se acostumbraba salir a pedir dulces cada Halloween desde hace seis años, siempre buscando disfraces con una temática divertida en familia para los cuatro Harrington.

Los primeros cuatro años aquellos deliciosos dulces, por supuesto, eran para el deleite de Eddie y Steve.

Sin embargo, los mellizos Luke y Leah no iban a ser pequeñitos toda la vida, tarde o temprano aquellos pececitos que alguna vez nadaron dentro del vientre de Eddie, iban a crecer.

31 de Octubre de 1992.

Eddie se encontraba sentado en el borde de la cama con la mirada perdida, Steve ayudaba a Luke a vestirse y Leah estaba en la planta baja jugando con sus muñecas.

Pero fue entonces que el timbre de la puerta se hizo sonar.

- ¡Papi, están tocando!- exclamó la niña, pero no hubo respuesta por parte de ninguno de sus padres, obligándola así a dejar su tarea de jugar para subir a la recámara. -Papi.- dijo la niña moviendo el brazo de Eddie y al fin este recuperó conciencia.

-Perdón princesa ¿Qué pasó?

-Están tocando la puerta.- musitó y Eddie sacudió ligeramente la cabeza para salir de la habitación de la mano de su hija.

- ¿Dónde demonios está tu padre?- preguntó mientras bajaba las escaleras y Leah se encogió de hombros.

Al abrir la puerta, se encontró con aquella pelirroja que alguna vez había sido su vecina, aunque lamentablemente, Max ya no era la adolescente que Munson conoció a los 19.

-Hola Eddie.- saludó con una sonrisa que el pelilargo correspondió.

- ¡Tía Maxi!- exclamó Leah abalanzándose a ella para abrazarla.

-Hola Leah ¿Cómo estás?

-Bien.

- ¿Qué tal el jardín de niños?- preguntó en cuanto la niña se separó de ella.

-Aburrido.- Max reprimió una pequeña sonrisa y Eddie miró a la niña de forma severa.

-Leah...

-No la regañes.- dijo Max soltando la sonrisa. -No cabe duda que es una digna hija de ambos.

- ¿De qué hablas? Yo amaba la escuela cuando estaba en ella.

-Se nota, tanto que te tomaste dos años más de los que debías para acabarla.- Eddie la miró mal y Max rió. -Estoy jugando.- Eddie aligeró el ceño y sonrió.

- ¿Cómo va el empleo en la cafetería?- preguntó dejando entrar a Max.

-Nada mal, con nuestros empleos alcanza para el pequeño lugar en el que Lucas y yo vivimos.

- ¿Por qué el tío Lucas no vino?- preguntó Leah.

-Porque tenía cosas que hacer, pequeña.- frotó el cabello alborotado de la menor quien cerró los ojos. -Entonces... ¿Empezamos? Necesito estar libre para más tarde.