~Capítulo 34~

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Víktor me miró con desaprobación y comenzó hablando él.

V: Me puedes decir, ¿Por qué?
___: Te dije que quería un trabajo...
V: Y yo te dije que te lo conseguiría.
___: Ya pero...-cogí aire y lo expulsé tomándome unos segundos para reflexionar sobre sus palabras.- me parece que estás haciendo demasiadas cosas por mí y me hace sentir mal.-Volkov cambió su expresión y una leve sonrisa apareció en su rostro. No era una sonrisa muy grande, simplemente era como si lo que le hubiera dicho le hubiera ablandado su rocoso corazón.

V: Sabes que lo hago porque yo quiero. Quiero que vuelvas a lo que eras antes.- sonreí y Víktor hizo lo mismo. Vi como su torso se acercaba al mi por lo que abrí mis brazos al igual que él y nos dimos un cálido abrazo que pareció ser el final de nuestra pelea.

___: ¿Ya hablaste con Jack?

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___: Te dije que no me dejaría.-Contesté finalmente después de haber puesto toda mi atención a cada una de las palabras con las cuales el narraba los hechos ocurridos con Jack esta mañana. Pues no se qué esperaba, estaba claro que Conway no me quería ver ni en pintura y mucho menos en su propia comisaría.
V: Oye, no. Se que algún día dejará que vuelvas, te echa de menos.– Las palabras de Víktor no tienen ningún sentido, si de verdad me echara de menos, me habría dejado volver, y eso no a ocurrido. No tengo ninguna esperanza en este tema.
___: Volkov, tu y yo sabemos que eso no va a pasar.
V: ¿Confías en mi?
___: No.- Respondí para finalizar la conversación, cansada de ello, trato de levantarme e ir hasta la cocina a por agua y el ruso, al ver mi intención de levantarme, me para con su mano.
V: ¿Necesitas algo?- Parece no importarle lo dicho anteriormente y trata de ayudarme.
___: Puedo ir yo sola, gracias Víktor.
Sentencio y me levanto caminando cuidadosamente con las muletas a mis costados, siento la mirada de Volkov en mi espalda y eso me saca una leve sonrisa.
Ojalá todo el mundo pudiese tener un Volkov en su vida.

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1 año más tarde...

L: ¡___! ¡Un café con leche de máquina porfa!–
___: ¡Marchando!
Preparo el café como Lilith me ha pedido y lo poso sobre la barra para que ella pueda llevarlo al cliente correspondiente.
Las cosas han cambiado por aquí. Finalmente conseguí un trabajo, y como podéis ver, ahora mismo estoy de turno por lo que no tengo tiempo para contaros mi vida ahora mismo, hay trabajo por hacer.

L: Hay pocos clientes hoy, ¿no?– Dice Lilith al terminar de dar los alimentos pedidos por la clientela.
___: Aja.–le doy la razón mientras limpio algunas tazas. Hoy me tocaba el turno de barra por lo que soy la encargada de limpiar y ordenar a la vez que preparar todo lo que Lilith me pida.
L: ¿Cuanto te queda?–dijo refiriéndose a mi turno. Hoy trabajaba por la tarde por lo que ya era casi la hora de cerrar.
___: Una media hora.– Dije terminando de colocar todo y poniéndome frente a ella para hablar más cómodamente.
L: Que aburrimiento, ojalá-
Un brusco golpe nos hizo a todo el personal mirar hacia la entrada del pequeño establecimiento. Dos hombres con un pasamontañas y pistolas en sus manos se adentran causando el pánico y el terror entre los clientes. Lilith, asustada al ver que uno de ellos se acercaba hacia nosotras, decide salir corriendo hacia el fondo del local. Yo, por mi experiencia al haber trabajado como policía, trato de mantener la calma y manejar la situación. Cómo era de obviar, el chico vino hacia mi teniendo en cuenta que yo soy la que está en la barra junto a la caja registradora.
Cómo la gran mayoría de locales de aquí, bajo la caja registradora se encuentra un pequeño botón rojo que se debe pausar en caso de un problema en el establecimiento para avisar directamente a la policía. Yo discretamente pulso el botón sin que los atracadores se den cuenta.
–¡Tú! ¡Abre la caja registradora!– me ordena apuntándome con la pistola. Sin perder el contacto visual trato de calmar al atracador.
___: Por favor, no cometa ninguna tontería, yo le daré el dinero pero deje a los clientes marcharse.-
–¡El dinero!–cada milisegundo que pasa noto como cada vez aprieta más el gatillo mientras me apunta. Siento que voy a morir en cualquier momento. Mientras tanto, el otro hombre atemoriza a Lilith junto a las demás personas.
Asiento viendo que no puedo hacer nada más, de lo contrario, podría poner en riesgo la vida de los civiles, por lo que finalmente comienzo a teclear la contraseña de la caja lentamente mientras mis manos temblorosas tratan de coger el dinero. El hombre me da una bolsa en la que me indica que meta el dinero. Algunas lágrimas caen por mis mejillas sintiendo la impotencia de no poder hacer nada. Relleno la bolsa poco a poco mientras el hombre pone su pistola más cerca de mí cabeza metiéndome presión para que fuera más rápido.

~ᴍ𝖎 𝖈𝖍ɪ𝖈𝖆~ [ᶜᵒⁿʷᵃʸ ʸ ᵗᵘ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora