☀️ Nefertari Vivi ☀️

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Le gustaba su rostro molesto, aunque ahora que le observaba fijamente, podía apreciar su hermosa sonrisa, su tierna expresión de alegría al compartir de su tiempo con los menores.

Al darse cuenta de los extraño e intensos pensamientos que pasaban por su cabeza, (T/N) frunció el ceño y regresó a continuar con sus deberes.

Cuando se hizo de noche y el varón se preparaba para ir a dormir, Vivi entraba a la habitación con la mirada baja.

--¿Y a ti que te pasa ahora?

La respuesta que consiguió fue un ceño fruncido por parte de la peliazul, aunque era una reacción provocada por la confusión de la chica.

--¿A qué te refieres?

--No sé, te ves algo cansada.-- Replicó él, sin saber que contestar. Tal vez extrañaba la sonrisa que vió durante la tarde y al ver a su esposa cabizbaja decidió preguntarle que le sucedía. --¿Ocurrió algo?

Vivi ladeó la cabeza, aunque terminó sonriéndole de forma suave y cariñosa, como si no estuviese discutiendo con él durante las anteriores noches.

Aun así, el oji-(c/o) disfrutó de aquella dulce sonrisa, era tan bella que no pudo evitar devolverle el gesto, sonriendole calmado.

--Te ves menos feo cuando eres amable.

La sonrisa del chico no duró mucho después de escuchar ese comentario, una vena hizo presencia en su frente al igual que un tic en su ojo.

--Tsk, tú eres menos molesta cuando estás callada.-- Replicó el peli-(c/c) y se acostó poniendo la sábana sobre su hombro.

--¡¿Eh?!-- La peliazul chasqueó la lengua y se fue a cambiar de ropa para luego ir a acostarse junto a su esposo.

--Espero no escuchar tus ronquidos ésta noche.-- Comentó él con un tono burlón, sonrojando a la chica.

--Yo espero que te quedes quieto aunque solo sea esta noche.-- Respondió de forma falsamente molesta.

El joven se sorprendió levemente cuando vio a la peliazul acostandose a su lado, cara a cara ambos.

Mantenían el contacto visual que al pasar de los segundos se volvía cada vez más intenso, (T/N) se quedaba observando embobado los grandes y hermosos ojos de la chica, analizando cada parte de su rostro, sus largas pestañas, sus pupilas levemente dilatadas, sus mejillas pintadas en un suave tono carmín.

--No eres tan fea, ¿sabes?-- Susurró él, sonriendo ladinamente, esperando recibir una enojada respuesta o reacción de su esposa.

Aunque solo vió una sonrisa formarse en sus labios, algo que le confundió al instante.

--Tú tampoco eres tan amargado...-- Balbuceó Vivi, cerrando sus ojos con intenciones para dormir sin esperar una respuesta por parte del chico.

Él continuó apreciando su rostro, sintiéndose hipnotizado por esos carnosos labios rosas, resistiendo las ganas de comérselos a besos.

¿Qué estaba pensando?

(...)


--Venga, ven.-- Insistió nuevamente, sabiendo que aunque fuese rechazada continuaría insistiendo. Era algo molestia, si, pero él no podía negarse a sus pedidos. --No te vas a enfermar por salir una sola vez y jugar. ¿Qué es lo que eres? ¿Un anciano?

Una vena aparecía en la frente del varón, la cual se encontraba arrugada. Chasqueó la lengua y sin muchas ganas de ir, decidió acompañar a su esposa.

¿Se había quejado millones de veces respecto a cómo Vivi salía y jugaba con los niños? Si. ¿Iba a salir y jugar con los niños con ella? Si.

Pero, quería dejar de admirar la preciosa sonrisa de la peliazul de lejos, quería apreciarla de cerca, a su lado.

One Piece x Lectora 2.0 (One-shots) Where stories live. Discover now