Halloween

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Especial de Halloween porque quiero y puedo. (Nada de esto tiene que ver con la línea que sigue la historia). Está bien pinche largo alv.

31 de Octubre.

Aquella noche de Halloween, los cinco adolescentes caminaban por las ya vacías calles del centro de la ciudad, que ese día parecía encontrarse desierto, cosa que no era muy común en días festivos, ni siquiera en días comunes. La mayoría de los locales de comida se encontraban cerrados ya, excepto esa tienda de comida rápida, que tenía un nombre un tanto excepcional.

El local era pequeño, y en él vendían gorditas hechas a mano con diferentes guisos. Una mujer ya vieja era la encargada del lugar, aparentemente vacío.

—Vamos a comer ahí. —dijo Axl, señalando el local. Todos volvieron la mirada hacia dicho lugar, no era una mala idea, considerando que ya todo estaba cerrado.

—No digas mamadas, no vamos a llegar a la fiesta del James. —se quejó Slash. Es que iban de camino a la fiesta de Jawolin que habían organizado sus amigos los Metallica.

—Es que tengo hambre, andaleeeeeee. —el Axl se puso a chillar a la verga, él quería comer y esos ojetes no le compraban ni unos chetos, no mames.

—Bueno ya, ve y pídete tu pinche gordita. —le dijo el Izzy, que como siempre anda de mal humor jajaja.

Y ya pues, todos lo tuvieron que acompañar, porque el Axl obviamente iba a querer comer en el lugar, pinche hambreado que es.

El punto es que todos se metieron al local, que sólo estaba iluminado por una bombilla de luz amarilla, que apenas y alumbraba el lugar. La mujer que atendía se hallaba sentaba en una silla, tras el comal en donde debía hacer la comida. Pero la mujer no parecía muy normal, llevaba puesta una túnica negra que le cubría el rostro casi por completo, dos mechones de su cabello canoso se dejaban ver, cayendo por su pecho, y estaba en completo silencio, sola.

Ninguno de los cinco tuvo la fabulosa idea de irse, porque son estúpidos, y pues ya, se sentaron en una de las mesas mientras el Axl pedía su gordita de migajas con chicharrón prensado, y otra de queso con carnitas en salsa verde. Al final todos terminaron pidiendo una gordita, porque se les antojó alv.

—Deme seis gorditas, tres de migaja y tres de queso —pidió el Axl así bien feliz de la vida. La doña se levantó así bien lento y se acercó al refrigerador en donde tenía la masa pa las gorditas.

—¿De qué van a ser? —preguntó. Todos se miraron entre ellos.

—Una va a ser de chicharrón prensado, otra de carnitas en salsa verde, otra de picadillo, otra de chicharrón verde, otra de chicharrón rojo, y una de carnitas en salsa roja. —pidió el Axl así bien feliz de la vida.

Y ya, esperaron a que la doña les hiciera sus gorditas, pero como son bien hambreados, pues se pidieron ya sus refrescos y se los tomaron de un trago, ya se habían quedado sin refresco pa sus gorditas. Pues en eso que ven entrar a una mujer así bien rarita, que llevaba ropa vieja y sucia, y su cabello así todo sucio. Se sentó en la mesa de al lado de ellos, pero no pidió nada.

—No mames, esa no pidió nada. —dijo el Eslach, que andaba ya todo desesperado por su gordita.

Todos miraron a la mesa de la señora, dándose cuenta de que los estaba viendo, pero se percataron de que en su rostro se dibujaba una sonrisa tétrica, casi burlona, mientras en sus ojos había una oscuridad inquietante. Dios bendito, el Duff se mió ahí mismo alv, es que no mames, sí daba miedo.

—No mamen, ya vámonos. —dijo el Steven, que se había abrazado al Izzy.

—Es que el Eslach todavía no se acaba su gordita. —dijo el Axl. Todos vieron al Eslach, que se había pedido otra gordita de migajas con chicharrón prensado, y luego dice que no tenía hambre el wey.

Los Guns N 'Roses si estudiaran en escuela publicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora