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Sábado, Octubre 15
Mónaco

— Eso pónganlo por ahí —señale una esquina.

— ¿Brid donde dejo esto? —preguntó Arthur llegando con una caja de decoraciones.

— Déjala en el suelo cerca de la entrada, la decoradora llegará en unos minutos y se encargará de eso —repliqué.

Como todos los años desde que tenemos 18 yo me encargo de preparar la fiesta de cumpleaños de Charles, al igual que el se encarga de preparar la mía después.

Este año la fiesta sería especial, más grande, incluso más que la de cuando Charles cumplió 21, por alguna razón los 25 siempre fueron una edad que nos llamaba la atención a ambos y siempre dijimos que queríamos una fiesta grande para nuestro cumpleaños.

— Linda —Pascale se acerco a mi— falta un poco más de 2 horas para que comience la fiesta, ¿Por qué no vas a prepararte? Ya esta casi todo terminado.

— ¿Segura? No quiero que nada salga mal, ya tengo todo planeando y tengo que estar aquí para dirigir todo —respondí.

— Ve con calma, ya esta todo dicho, cada quien sabe que hacer —Insistió llevándome de los hombros hasta la salida.

— Si necesitan ayuda en algo solo llámenme y vendré inmediatamente —dije haciendo un poco de resistencia.

— Linda, creo que tengo lo necesario como para preparar el cumpleaños de mi hijo —rió arrastrándome a mi coche.

— De acuerdo, nos vemos en 2 horas —bese su mejilla y me monte en mi coche.

Conduje hasta el departamento de Charles, que es donde nos preparariamos porqué mi departamento estaba repleto de las cosas para la fiesta, aparqué el coche en la entrada y entre al edificio.

— ¿Amor? —Charles me llamo apenas abrí la puerta.

— Volví niño bonito —dejé mi bolso en el perchero y me acerqué a él.

— ¿Como quedo todo? —preguntó dándome un beso y dejando sus manos en mis caderas.

— Buen intento, no te voy a contar nada —reí al ver como bufaba.

— ¿Que me voy a poner? —dejo otro beso en mis labios y sonreí.

— Tengo algo perfecto para vos —lo tome de la mano y lo lleve hasta la habitación de invitados donde habia guardado su primer regalo.

Definitivamente una de las cosas que más me gustaba sobre esta pequeña tradición que teníamos era que Charles me dejaba vestirlo para la ocasión, quiero decir, lo amo pero este chico necesita una asesora de imagen urgente, por suerte, mientras no consiga una me tiene a mí.

— Ábrelo —dejé la gran caja sobre la cama y Charles dudo unos segundos antes de abrirla.

— Eso no me va a quedar —respondió levantando el pantalón.

— Claro que lo hará, esta hecho a tu medida —respondí cruzandome de brazos.

— ¿Como estas tan segura? —rió un poco al ver como ya estaba perdiendo la paciencia.

— Da vuelta la caja —sonreí indicándole con el dedo.

Charles leyó la escritura en la caja y se quedó analizándola por unos segundos antes de mirarme y alzarme en brazos con una sonrisa.

— Lo lograste —me dio una vuelta en el aire apretandome más contra el.

— Lo logre —respondí sonriendo.

𝘼𝙡𝙬𝙖𝙮𝙨 𝙮𝙤𝙪 || 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora