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O.

Caminar por los pasillos se ha vuelto una experiencia extraña, antes solía evitar los lugares concurridos por culpa de ellos, pero ahora no siente la necesidad de esconderse y después de la noticia sobre la marca de Majo parece que el mundo ha dejado de funcionar como normalmente lo hacía.

Nadie termina de creerlo, pero todos son conscientes de la ausencia del ángel y el aroma pesado que rodea a su grupo de amigos.

Aunque habían corrido detrás de Calle preocupados por lo que pudiera pasar, Sebastián los obligó a detenerse en cierto punto -cuando el aire en el pasillo apestaba a miedo, sumisión y rabia-, así que no habían logrado ver a Poché.

No estaba muy seguro de cómo sentirse al respecto., por un lado, es obvio que la situación le da rabia, pero por el otro ¿siquiera tiene derecho a sentirse así? No conoce a María José desde hace mucho tiempo, aún no ha pasado un mes desde la primera vez que hablaron y lo cierto es que las sensaciones en su pecho son confusas.

No tiene la cabeza para entender porque alguien haría algo así.

Sigue su camino hasta la biblioteca intentando ignorar su alrededor tanto como sea posible, pero ahí están de nuevo los susurros a su espalda y no termina de acostumbrarse a estar en el ojo público.., no es que alguna vez haya logrado pasar totalmente desapercibido, pero al menos no tenía a cientos de desconocidos hablando sobre su vida y no entiende cómo es que Calle y Poché le hacen frente a eso todos los días... Es demasiado agotador.

— Antonia, buenas tardes.– Saluda a la encargada mientras se acerca e intenta sonreírle, pero ella solo lo observa en silencio con ojos tristes — Es bueno verte entrando de forma normal..– Murmura la mujer con un tono ligero.

— ¿Cómo está?– Suelta un suspiro al oírla, se apoya sobre el mostrador y observa hacia ambos lados antes de inclinarse más cerca — Le dieron una paliza.., pero está bien, dentro de todo lo malo.

No tiene palabras para reconfortar a la omega así que comparten una mirada significativa en medio del silencio incómodo y gira el rostro hacia un lado cuando alguien se acerca para hablar con ella, escucha la conversación como ruido de fondo mientras se cuestiona una vez más porque está ahí ¿Realmente quiere buscar esos libros y encontrar la imagen de una marca forzada?

No está seguro de querer hacerlo, pero la curiosidad es más grande, ¿qué tan terrible debió ser para que Daniela tuviera esa mirada consternada en su rostro?

— Uno de tus amigos está en la sección de medicina., por si quieres ir a verlo.– Antonia comenta de pronto y da un pequeño salto por el repentino sonido de su voz, ni siquiera noto el momento en el que chico se fue.

— Y-yo.., gracias.– Murmura con un hilo de voz.

La idea de que alguno de los chicos piense lo mismo que él hace eco en su mente y camina entre las estanterías repletas de libros hasta que un pequeño cartel anuncia que está en la sección de medicina.

Observa alrededor y su corazón da un vuelco al reconocer a cierto demonio que está de espaldas, pero frunce el entrecejo al notar su cuerpo tenso — ¿Kazuki?– Pregunta en voz baja cuando se acerca lo suficiente y el castaño voltea a verlo con una expresión extraña, puede leer la ira en sus ojos, pero también hay algo más brillando en ellos — ¿Paso algo?

El omega solo lo observa en silencio y después de algunos segundos de incomodidad siente que debería dar media vuelta -dejarlo solo-, pero él deja un libro en sus manos sin decir nada. Debe pasar saliva para tragar el nudo que se forma en su garganta al ver la imagen impresa en las páginas.., es una marca forzada — Pensé.., creí que era el único que haría algo así. Es difícil verlo.

Angel and Demon || CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora