Por amor me convertí en un chico ||Libro 1|| ✔

•❥ Epílogo ❥•

—¿Y eso fue todo? ¡Mamá, por favor! ¡Dime que terminaron juntos! ¡Me moriré si no fue así!

Inesperadamente, suena el reloj, marcando las diez de la noche. Me sorprende lo que acaba de pasar, nunca he durado demasiado tiempo escuchando a mamá sin aburrirme. No imaginé que la historia fuera así de increíble.

—¡Cariño! ¡Ya llegué! —Mi padre hace su aparición, estuvo trabajando y recién acaba de llegar.

—¡Estamos en la sala, mi amor!

—¿Y esto? —Lo dice porque estamos sentadas en la alfombra con palomitas de maíz. En el transcurso que mamá contaba aquella maravillosa historia, nos dio hambre y quise preparar algo de comer.

—Buenas noches, mi amor. —Mi madre lo saluda con un beso.

—Estás bellísima como el día en el que te conocí. —Papá no duda en sentarse a nuestro lado.

Ahora que lo menciona, nunca me contaron la historia de cómo se conocieron.

—Justo le estaba contando la historia de unos amigos muy conocidos. —dice mi madre.

—Pero nunca me dijiste sus nombres.

—Creí que a mitad de la historia ya se te daba una idea. —Mamá me mira con una sonrisa y papá empieza a sonreír también.

¿Espera? ¿Está tratando de decirme que...?

Los miro a ambos. —¿Por qué no le diste los nombres a la niña, Jordan?

—Quería hacerlo más emocionante.

—¡Mamá! —Me puse de pie, quería tratar de entender todo.

Mamá y papá también se ponen de pie.

—¿Qué? —Mi madre no podía borrar la sonrisa de su rostro.

—¡Fuiste tú! ¡Fuiste tú, la que por amor se convirtió en un chico! —Es que no me lo podía creer.

Mi madre asiente ante mi respuesta. —Así es, fui esa chica. —Observo como mi padre besa su mano.

—¡Entonces si terminaron juntos!

—Sí, y tuvimos a una hermosa niña. Que cada día ilumina nuestros días.

No pude evitar no llorar. La emoción definitivamente me supera. Me lanzo a ellos y me envuelven en sus brazos. —Esa ha sido la mejor historia de amor que he podido escuchar. —suelto un grito de emoción.

—Sabía que te gustaría.

—Pero, hay algo que en toda la historia me estuve preguntando.

—¿Qué cosa? —preguntan al mismo tiempo.

—¿Papá, nunca supo que eras una chica? Es más. ¿Nunca se imaginó que eras la chica de la librería? ¿Y qué fue lo que te regaló la última vez que estuviste en la escuela?

—Hablando de ese regalo nunca lo abrí.

—¿Qué? ¿Porqué? —pregunto y con mucha curiosidad de saber que era.

—Cuándo llegué del viaje guardé todo, incluso la caja de regalo que me dió. —hace una pausa. —Espera iré por ella.

Mi madre sube las escaleras con mucha prisa.

—No corras cariño, te vayas a lastimar. —dice mi padre para luego guiñarme un ojo.

A los cinco minutos baja.

—Tuve que desordenar todo para poder encontrarla. —dice mi madre sentándose en el mueble.

—Respondiendo a tu pregunta cariño... —empieza a abrir el regalo. —Tu padre nunca supo que era una chica, si no hasta después de que se lo confesé. Y menos que yo era la chica de la...

Mamá guarda silencio sin terminar de cerrar su oración. Y saca lo que había dentro de la caja.

Era un pedazo de cartón, si no me equivoco una entrada VIP con el nombre de mi padre *Marcus Pereyra*

—De hecho. —Papá se sienta al lado de mamá, toma sus manos y no deja de mirarla a los ojos.

—¿Marcus? —Se ve muy confundida.

Papá le da un beso en los labios y luego le sonríe.

—"Siempre supe que eras tú".