Persona 5: El Delincuente y su amante: Edición Completa

La Forma Ingeniosa

Akira subió las escaleras al ático lentamente. Su cuerpo le estaba gritando que necesitaba descansar y dormir y el chico no quería hacer nada diferente a acostarse junto a su gato en la cama, pero sabía que no podía hacer eso. Su día no había acabado todavía. Se sentó en su escritorio, buscó una hoja de papel y comenzó a escribir.

Ummm... como debería comenzar esto? Makoto? No... demasiado simple. Querida? No, que soy? cantante de los sesentas? Ummm...

Cualquiera podría entender la aprehensión del chico al ver el mensaje de Sae. No era fácil tener que enfrentar la amenaza de tener que volver a la correccional, la orden de alejarse de la chica por la que había comenzado a sentir tantas cosas o el riesgo de perder permanentemente la poca esperanza que le quedaba en su futuro. Sin embargo ninguna de esas era la razón por la que Akira se había sentido tan desesperado todo el día. Lo que había convencido a Akira de arriesgarse a meterse al salón del consejo estudiantil, de hacerse amigo de Haru Okumura para que le ayudara a vigilar a Makoto y de estar escribiendo una carta en ese momento, cuando apenas si podía mantener los ojos abiertos, era algo mucho más serio y más urgente.

La fiesta de Tsukasa era en tan solo doce días.

El chico había logrado conocer bastante bien la forma de ser de Makoto desde que se conocieron y estaba seguro de que, sin importar que pasara, la chica no iba a perder la oportunidad de obtener la evidencia que necesitaban contra Tsukasa. No cuando la seguridad de Eiko y de muchas otras muchachas estaba en riesgo. También sabía que, ahora que su futuro peligraba gracias a la imprevista intervención de Sae, Makoto iba a tratar de protegerlo a él también. Eso le dejaba a su novia una sola cosa que podía hacer, tratar de resolver el tema de Tsukasa ella sola.

Entonces el chico ideó un plan. Iba a tratar de distraer a Makoto con cartas, mientras estaba pendiente de ella, con lo que le escribiera como respuesta, con la ayuda de sus amigos y de las personas que había conocido en Shinjuku. Después, si algo parecía sospechoso, podría ponerse en acción, hablarle directamente a Makoto, o si no le quedaba de otra, ir con Sae y contarle la historia completa. Estaba seguro que Makoto se enojaría mucho si llegaba a eso, pero no podía hacer otra cosa. Recordaba claramente las palabras de la adivina Chihaya.

"... veo que la chica va a verse involucrada en una situación muy peligrosa en el futuro. Dependerá de ti si logra salir ilesa o no..." Bueno, pues si depende de mi, voy a mantenerte a salvo Makoto. No importa lo que cueste.

Su pequeño gato había estado maullando insistentemente mientras pensaba, al parecer demandando que se fuera a acostar.

"Ahora no Morgana! Esto es importante!" dijo irritado Akira. El gato maulló con rabia una ultima vez, se bajo de la cama y pomposamente bajo al Café, todo esto mientras miraba torcido al chico.

Uy, perdóneme su Majestad...

Entonces lo supo.

Mi Reina.

Y comenzó a escribir.

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Makoto había llegado temprano a Shujin. Había dormido bien y se sentía descansada, aún cuando se quedó hablando con Sae hasta tarde. No había parado de sonreír desde su encuentro con su... novio el día anterior y después de todas las cosas bonitas que le había dicho su hermana, le habría costado trabajo encontrar una buena razón para dejar de sonreír. Recordó las palabras de Akira cuando se vieron.

"... parece que soy un chico con suerte..." Je je... parece que no eres el único, Akira.

Cuando se sentó en su escritorio en el salón de clases, notó que había un pequeño sobre escondido en el espacio de abajo. Solo tenía una palabra escrita en él.