¿Qué pasa si tus amigos están desesperados por conseguirte pareja y te juntan con la persona menos indicada? ¿Importan las etiquetas cuando el amor es verdadero?
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Capítulo XXVIII
Steve despertó, sobresaltado por el sonido del teléfono. La casa estaba silenciosa y el sol comenzaba a caer en el horizonte, por lo que supuso que había dormido mucho más de lo que pretendió en un comienzo. Se giró hacia su costado y, cuando no vio a Natasha junto a él, no supo cómo sentirse. Por un momento, fue como si la noche anterior hubiese sido parte de un sueño, uno en el que al fin las piezas habían caído en su lugar y su vida volvía a tener un sentido claro. Pero, no podía ser un sueño si no eran sus besos los que lo despertaban, sino el molesto repicar del teléfono. Se estiró en la cama y cogió el auricular del teléfono, carraspeando un segundo antes de responder.
─ ¿Diga? ─ su voz sonó cansada, rasposa y carraspeó nuevamente, obligándose a volver a la vigilia.
─ Hola, Steve, soy Wanda...─ saludó su prima y él se arrepintió de haber respondido de tan mal talante─ no te desperté, ¿verdad?
─ Sí, pero, no te preocupes... dormí demasiado de todos modos─ replicó, observando la cama vacía con gesto cansado. Las sábanas ya estaban frías... ¿a qué hora se habría ido ella? ¿por qué no lo había despertado? ¿por qué se fue sin decir nada? ─ ¿Pasó algo? ¿Cómo está mamá? ─ preguntó, regresando su atención a la chica en el teléfono.
─ Ella y yo estamos bien, no tienes que preocuparte por nosotras. Tía Sarah compró una nueva televisión y quiere que la configures cuando vengas este domingo─ Steve sonrió, imaginando a su madre peleándose con los botones del nuevo televisor. Era reconfortante escuchar sobre problemas pequeños, cotidianos.
─ Claro, no hay problema─ dijo, reclinándose en las almohadas, mientras miraba al techo con una sonrisa bailando en sus labios─ Ya era tiempo de que se deshiciera de aquella pobre máquina de la época de las cavernas...
─ Sí, lo sé─ coincidió Wanda, con una risita─ Oh, por cierto, tenía algo que decirte... es sobre Nat─ Steve se incorporó nuevamente en la cama.
─ ¿Sobre Natasha? ─ preguntó, ansioso─ ¿Qué ocurre con ella?
─ Pues, sí... pero, no están peleados de nuevo, ¿cierto? ─ preguntó Wanda, sonando preocupada.
─ No, no... todo está bien, pero, ¿qué pasa con ella? ─ replicó Steve, preocupado. Él sabía lo que iba a hacer, lo que le esperaba, y, si se había ido sin él, significaba que no quería arriesgarlo o que simplemente, no lo quería a su lado.
─ Bucky me llamó. Dijo que había perdido tu número y me pidió que te dijera que ella te espera en el muelle esta tarde ─ respondió la chica y su mente unió rápidamente las piezas. Natasha quiso apartarlo una vez más, pero, por alguna razón, Bucky había pensado que era una buena idea ponerlo sobre aviso.
─ Entiendo... gracias, Wan. Lo había olvidado completamente y voy tarde. Si no llego a tiempo, Natasha va a matarme. Te veré este domingo, ¿sí? ─ inventó, intentando cortar lo más pronto posible.
