Capítulo XV

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Capítulo XV

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Capítulo XV

En la sala, el silencio sólo era roto por el ligero tic tac del enorme reloj de madera tallada que observaba la escena desde su pedestal junto a la entrada. Bucky miraba a su amiga con incomodidad, sin saber como acercarse a ella, mientras que Clint movía un pie de arriba abajo, mostrando su nerviosismo. Natasha no había dicho una sola palabra desde que abriera la carta y lo único que hacía era mantener los ojos fijos en aquel trozo de papel, como si en él se encontraran todas las respuestas que tan desesperadamente necesitaba.

─ Clint─ dijo de pronto y un escalofrío recorrió la espina dorsal del mayor de los presentes. Sabía que Natasha buscaría respuestas en él y no sabía si estaba dispuesto a soltarle toda la verdad─ Clint...─ ella titubeó, como si no supiera cómo elaborar la pregunta que picaba en sus labios. Finalmente, le extendió la carta al mayor y éste la tomó, tenso.

─ ¿Qué es lo que dice ahí, Nat? ─ preguntó Bucky, incapaz de contener más su curiosidad.

─ Dice, que mi madre está viva; de hecho, fue ella la que me escribió. Dice que tiene mucho que explicarme y que tiene mucho que decirme... pero, que no puede hacerlo a través de una carta. Que quiere verme en persona...─ replicó, con la voz tensa, pero, ya sin lágrimas en los ojos.

─ Pero... siempre creí que tu madre había muerto cuando tú eras una niña...─ comentó el castaño, confundido─ Es decir, tu padre siempre la lloró, siempre veneró su memoria... ─ recordó, cada vez más perdido en aquella historia─ Creí que había muerto en el parto de tu hermano... que ambos habían muerto.

─ Así es...esa era la historia oficial, pero, al parecer, alguien la ayudó a escapar del "monstruo que la apartó de su familia" ─ citó de memoria, mirando fijamente a Clint─ Alguien, según ella, que era muy cercano a mi padre... ¿tú sabes algo sobre eso, Clint?

El mayor dejó caer la cabeza y tomó una larga bocanada de aire que soltó despacio, dándose el valor para enfrentar los ojos fríos de su hija.

─ Escuchar, Natasha. Tu madre... tu madre nunca fue feliz junto a Alian. Se casó con él porque Alian amenazó a su padre y los fue arrinconando cada vez más, quitándoles territorio y robando a sus soldados. Por eso su familia terminó sucumbiendo al olvido. Perdieron todo el respeto del que gozaban, todo el poder que tenían, todo el dinero... todo. Pero, Alioshka, intentó, de verdad intentó querer a tu padre, especialmente después de que tú naciste. Hizo más por él de lo que cualquiera de nosotros pudo haber hecho. Era lista y fuerte... pero, no lo suficiente como para permanecer al lado de Alian─ contó, omitiendo lo más que podía sin dejar de sonar sincero. Necesitaba que ella le creyera y eso sólo lo conseguiría si le contaba la verdad.

─ Mi padre la adoraba...─ siseó la pelirroja, apretando las manos en puños.

─ Tu padre la humillaba. La forzaba, la engañaba, la golpeaba... sentía por ella un amor enfermizo. Creía que tu madre era... su propiedad. Creía que maltratarla era una forma de amarla. Quería poseer hasta el último de sus pensamientos y cada vez que desconfiaba de ella, la golpeaba. Siempre en lugares donde no se notaran las marcas, donde la ropa pudiera cubrir sus abusos. Él la amaba, sí. Pero de un modo enfermo, Natasha...─ explicó y Natasha abrió mucho los ojos, mientras a su memoria acudía un lejano recuerdo en el que veía a su madre sollozando mientras intentaba leerle un cuento.

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