Capítulo 33

238 21 0
                                    

EMILIO

Empiezo a despertarme cuando siento a Freya moviéndose encima mío, gruño mientras voy abriendo los ojos aferrando de nuevo a Freya entre mis brazos.

-¿Seguirás teniéndome cautiva?-pregunta adormilada

-Por supuesto, o al menos hasta que me des una explicación de todo lo que pasaba por tu cabeza estos últimos días.

Se tensa en mis brazos

-¿Me lo dirás?-pregunto acariciando su espalda desnuda

-No creo que sea buen momento, aún tengo asuntos que arreglar.

Los puedes arreglar conmigo

-Si me los dices te puedo ayudar, lo único que provocas ocultándome las cosas es que me preocupe e intente averiguarlas por mi cuenta.-le recuerdo

Suspira

-Entiendo que quieras respuestas, pero solo dame 1 día y te prometo decirte todo para mañana.

Me lo pienso

-¿Segura estarás bien?-pregunto entrelazando mis dedos con los suyos

-Lo estaré, solo déjame libre hoy y para mañana todo estará arreglado.-dice no muy convencida

Aún así, confió

-Bueno...Te amo.

Sus ojos se iluminan y su sonrisa crece cuando escucha mis palabras, sus ojos azules empiezan a ponerse llorosos.

Aún no olvido como lloro anoche cuando volvimos a decirnos Te amo antes de hacer el amor nuevamente.

En ese momento mi corazón volvió a latir de nuevo.

-También te amo.-susurra buscando mis labios

Me ama

Ella me ama

La beso y recuerdo de golpe todos esos te amo en donde mi corazón y mi alma vibraban por tenerla así conmigo para siempre.

Pensar que de no ser por Carlos probablemente ya estaría muy lejos de aquí.

Lejos de ella.

Lejos del amor de mi vida.

Porque Freya es el amor de mi vida, la que será mi esposa algún día, la madre de mis ojos, la compañía eterna con los años, mi fiel amiga, mi compañera, mi todo.

-Quiero saber...-se muerde el labio nerviosa-tú...que estuviste haciendo estos días...cuando no ibas al Instituto...-pregunta desviado la mirada por un segundo

Bueno...-aprieto los labios-Cuando me dejaste...cuando me terminaste, yo me encerré en mi habitación por varios días sin ganas de comer, ni de salir, ni de estudiar, realmente no tenía ganas de nada. Me pasaba los días pensando en que me había equivocado o si de verdad era tan ingenuo para dejarme engañar y...-suspiro-bueno la mayoría de la semana estuve lamentándome una y otra vez el haberte conocido...

Ella aprieta los labios conteniendo las ganas de llorar

-Lo siento, pero realmente estaba mal por lo que me habías dicho y...yo creía que tú no me querías...

-Está bien, sigue.

Suspiro de nuevo

-Amelia termino contándole a mis padres que parecía un muerto viviente sin querer estudiar ni comer, así que ella vino junto a mis padres para hablar conmigo y saber que me pasaba, yo simplemente le dije que estábamos pasando por un mal momento y que necesitaba pensar a solas, no quería decirle que tú me habías mentido y que habías jugado conmigo porque al final ella te tenía mucho cariño; tanto ella como Amelia, yo no quería romper eso.

Somos Nuestro Lugar SeguroWhere stories live. Discover now